Sao Paulo, 8 de junio.

Los trabajadores del metro de Sao Paulo decidieron mantener la huelga a cuatro días del inicio del Mundial en la mayor ciudad de Brasil, pese a que la justicia la consideró ilegal e impuso enormes multas.

La huelga entrará el lunes en su quinto día y amenaza el desarrollo del torneo, ya que el metro es fundamental para llegar al estadio Arena Corinthians de Sao Paulo.

El nuevo estadio recibirá el 12 de junio la ceremonia de apertura de la Copa ante más de 60 mil personas, la presidenta Dilma Rousseff y 11 jefes de Estado, así como el primer partido, Brasil contra Croacia, y cinco juegos más.

En los días recientes, la paralización parcial en el metro de esta megalópolis de 20 millones de habitantes ha sembrado el caos en el tránsito y provocado embotellamientos de más de 250 kilómetros.

Las más de 3.5 millones de personas que usan el sistema de transporte público de la ciudad entre semana han enfrentado el caos, porque el metro opera con servicio limitado. El sábado, la vocera del sindicato de trabajadores, María Figaro, dijo que las líneas funcionan a cargo de personal jerárquico y aprendices contratados recientemente que están demasiado asustados para plegarse a la huelga.

Los empleados amenazan incluso con mantener la huelga durante el Mundial, en lo que se ha convertido en la mayor amenaza concreta a la organización del evento.

Hay una Copa del Mundo, el mayor evento deportivo del orbe. El gobierno del estado (de Sao Paulo) tiene elecciones a fin de año, tiene que negociar, señaló el presidente del sindicato, Altino Melo dos Prazeres, en la asamblea general de trabajadores celebrada este domingo y se convocó a una nueva reunión para este lunes.

De las cinco líneas del metro paulista, cuatro pertenecen a la empresa del estado de Sao Paulo.

Los trabajadores rechazan el 8.7 por ciento de reajuste salarial anual propuesto por la empresa y exigen 12.2 de alza. La justicia respaldó la oferta del gobierno.

Su decisión de continuar la huelga ocurre pocas horas después de un fallo de la justicia laboral brasileña, que determinó el domingo la ilegalidad de la paralización e impuso multas de 227 mil dólares diarios a partir de este domingo si los empleados no regresan al trabajo.

La justicia decidió asimismo mantener la multa de 100 mil reales diarios (45 mil dólares) impuesta al sindicato desde el comienzo de la huelga hasta el momento del fallo judicial.