Los jóvenes que tienen mayores probabilidades de abusar de drogas o de convertirse en adictos son quienes están expuestos al estrés escolar, padecen trastornos depresivos y no conocen los riesgos de usar esas sustancias, afirmó Sara Elisa García Gutiérrez, del departamento del investigación de los Centros de Integración Juvenil (CIJ), en la ponencia Predictores sicosociales del consumo de drogas en estudiantes, durante el primer Congreso Universitario Internacional sobre Adicciones, organizado por la UAM.

Explicó que a partir de diversos estudios realizados en la institución se ha observado que aquellos jóvenes con problemas para controlar sus impulsos, concentrarse o que se sienten preocupados y no saben manejar esas situaciones tienen más posibilidades de iniciarse en la exploración del uso de sustancias sicoactivas.

Por su parte, Silvia Lorenia Cruz Martín Del Campo, investigadora del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del IPN, detalló que actualmente entre los jóvenes el patrón de consumo de alcohol –la sustancia más ingerida por este grupo de la población– consiste en beber muchas unidades por ocasión, lo que pone en riesgo el desarrollo del cerebro.

Efectos adversos en la maduración cerebral

En la ponencia Consumo universitario de alcohol y sus complicaciones, la especialista con doctorado en farmacología explicó que de las drogas que producen adicción, cada una tiene mecanismos de acción con efectos sobre núcleos específicos del cerebro.

Los jóvenes en México consumen mucho alcohol los fines de semana, lo cual no es una conducta inteligente, pues la bebida interfiere en los procesos de maduración de varias zonas del cerebro. En la niñez y la juventud –agregó– tienen lugar cambios estructurales como la proliferación de conexiones y poda neuronal, y es cuando aquel órgano toma forma, precisó.

Fernando Cano Valle, titular de la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic), quien además de inaugurar el congreso participó con una ponencia, señaló que el alcohol y el tabaco son la puerta de entrada para muchos jóvenes, cada vez de menor edad, al consumo de la mariguana.

Detalló que la edad promedio de comienzo en consumo de drogas son los 14 años, aunque en algunas zonas del país son los 10 o 12 años en el inicio del consumo de alcohol y tabaco.

La directora de los CIJ, Carmen Fernández Casares, en su participación, Adicciones en el contexto de la salud pública: retos y perspectivas, aseguró que el consumo de mariguana entre las poblaciones de bachillerato y universitaria ha aumentado en proporción mayor al del tabaco, debido a que se cree que la cannabis es inocua.

Ello, dijo la funcionaria, es un discurso que disminuye la percepción de riesgo, sobre todo en los jóvenes, que la ven como algo normal, como el alcohol y el tabaco.