Los legisladores de las comisiones de Derechos Humanos y de Justicia del Senado llamaron a los siete integrantes de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) a superar sus diferencias internas y ponerse a trabajar, a fin de revertir la grave violencia en el país, que es un problema de Estado.

Durante una reunión efectuada en el recinto de Reforma e Insurgentes, en la que los siete comisionados expusieron brevemente a los legisladores las tareas que realizaron en los primeros ocho meses de operación del organismo, entre ellas que enfrentaron problemas financieros, administrativos y de organización interna, pero que ya están en proceso de consolidación como equipo de trabajo.

El presidente de la CEAV, Jaime Rochín, refirió que de enero a la fecha han brindado 16 mil atenciones a víctimas. Del total de personal con que contaba Províctima, dijo, 92 por ciento sigue activo en la nueva institución y 40 empleados renunciaron.

A su vez, el comisionado Julio Hernández Barros explicó que les entregaron “más de 100 mil nombres de muertos y más de 26 mil desaparecidos en los últimos 10 años. Ya se inició el registro nacional de víctimas. Hasta el momento tenemos poco más de 2 mil desaparecidos y 24 mil afectados por otros delitos, los cuales se están sistematizando para determinar cuáles corresponden al registro federal y cuáles a los locales.

Desde el inicio de la reunión, el presidente de la Comisión de Justicia, el panista Roberto Gil Zuarth, aclaró a los miembros de la CEAV que estaban citados para escucharlos, para intercambiar puntos de vista sobre recientes acontecimientos que se han dilucidado en los medios de comunicación y que han motivado la preocupación del Senado.

La también legisladora panista Adriana Dávila fue directa: “La realidad es que hay un problema de responsabilidad compartida en la CEAV que debemos atender. Lo que está sucediendo evidencia que hay deficiencias que tenemos que corregir para mejorar el funcionamiento de la ley (…) den el paso de ser organizaciones civiles a servidores públicos”.

La presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, la perredista Angélica de la Peña, también les dijo que fueron citados al Senado por las circunstancias que estábamos viendo. Dijimos: Hay que parar esto, porque no pueden seguir la ruta de otros órganos que hemos tenido aquí y que tuvimos que tomar decisiones drásticas (en referencia al retiro de todos los comisionados del Ifai).

Al final, Gil Zuarth les manifestó: para nosotros es motivo de enorme preocupación que la comisión entrara en un desgaste interno que afectara el mandato, su dinámica de trabajo y que pudiera retrasar los esfuerzos que se requieren para lograr el primer objetivo en el corto plazo.

Y adelantó: creo que una de las cosas que debemos corregir es que el Senado es el que nombra al presidente de la comisión. Donde hay una dirigencia electa por los colegiados hay problemas, provocados por diferencias, por una visión de grupo, por problemas de muchos tipos.