Tijuana, BC, 23 de junio.

Baja California es la entidad de México que recibe el mayor número de deportados de Estados Unidos; además, a ella arriban migrantes de todo el país y de naciones centroamericanas. Esto convierte a Tijuana en una localidad sui generis que concentra a migrantes de ambos países, entre expulsados y aspirantes a cruzar el cerco sin documentos.

En la zona de El Bordo de Tijuana se han instalado alrededor de 3 mil personas que habitan en ñongos (casas de materiales de desecho), hoyos, alcantarillas y puentes.

De acuerdo con el Reporte sobre dimensión, caracterización y áreas de atención a mexicanos deportados de Estados Unidos, elaborado por el Colegio de la Frontera Norte (Colef), el número de mexicanos deportados ha aumentado por el endurecimiento de las políticas migratorias de Estados Unidos, lo que se traduce en más connacionales detenidos en el país vecino para su deportación, a pesar de que el flujo migratorio desde México se ha reducido en años recientes.

Esta situación ha incrementado la demanda de albergues y zonas de asentamiento en esta localidad, como es el caso de El Bordo, que se ubica a unos metros de la frontera.

La Encuesta sobre migración en la frontera norte de México 2012, también realizada por el Colef, señala que una de cada tres personas deportadas tenían en promedio 8.5 años de residir en Estados Unidos, y desde 2003 han sido repatriados 4 millones 600 mil migrantes mexicanos.

El incremento del tiempo de estadía de los deportados en Estados Unidos implica separaciones familiares, la ruptura de proyectos de vida y, con mucha frecuencia, un regreso a México con pocas o inexistentes redes sociales de apoyo. En su intento de cruzar nuevamente la frontera o regresar a su lugar de origen en México, es altamente probable que las personas deportadas tengan como única opción permanecer por tiempo indefinido en las ciudades fronterizas, en condiciones sumamente precarias, según el estudio.