y no se dio importancia
Domingo 29 de junio de 2014, p. 4
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) advirtió que agentes de la pastoral social alertaron del crecimiento en el número de niños migrantes mexicanos y centroamericanos que intentan llegar a Estados Unidos y no se dio importancia al tema
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El obispo Guillermo Ortiz Mondragón, responsable de la Dimensión de Pastoral de Movilidad Humana de la CEM, pidió a los obispos del país animar a las comunidades cristianas para que realicen más acciones que ayuden a cubrir las necesidades básicas de esos menores, promover sus derechos y denunciar los atropellos que sufren.
En un pronunciamiento, en el cual expresó la preocupación del organismo católico por el drama de los infantes migrantes no acompañados, a los cuales han prestado servicio mediante sus agentes de pastoral social y casas de atención a migrantes, aseguró que la Iglesia rechaza el engaño con que muchas mujeres y niños son alimentados con falsas ilusiones por los traficantes de personas e incluso algunas ONG para cruzar México y llegar a Estados Unidos
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Manifestó que es doloroso
que Jeh Johnson, secretario de Seguridad Nacional de aquel país, negara la existencia de algún tipo de permiso para menores en aquella situación y pidió que esto lo tomen en cuenta tanto quien decida salir de su país, como quien aliente a los niños a que lo hagan.
Aunque las casas que acogen a los migrantes son lugares seguros para ellos, la violencia en su contra permanece
, alertó el prelado.
Indicó que los obispos de México reconocen que existe confusión o desinformación sobre la reforma migratoria en Estados Unidos, pero también violencia en aumento en muchos países, fruto de la descomposición social
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Por tanto, afirmó, la solución debe mirar hacia los cambios estructurales en política económica y de relaciones internacionales. Por ello nos unimos a los obispos de la Iglesia en Estados Unidos en todos los esfuerzos que realizan en favor de los menores migrantes
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En México, agregó, la Dimensión de Pastoral de Movilidad Humana continúa en diálogo con las autoridades civiles para coadyuvar en la atención de las personas en tránsito.
Convocó a los miembros de la Iglesia, a las autoridades civiles en sus distintos niveles y a toda la sociedad a un cambio de perspectiva sobre la vida, una conversión desde la fe y los principios de la dignidad humana
, ante el aumento de la migración.
Finquemos la esperanza en procesos reales de comunión, de solidaridad, de diálogo internacional dentro de cada país y entre las comunidades, haciendo propuestas factibles que permitan el desarrollo de la persona y de la familia con dignidad.