El Programa Frontera Sur, mediante el cual los gobiernos de México y Guatemala buscan dar mayor seguridad a los migrantes indocumentados, es un conjunto de medidas encomiables, pero que sólo atienden los aspectos más urgentes de la crisis humana, dejando de lado la necesidad de reconstruir la región mediante una estrategia similar al Plan Marshall, señalaron académicos especializados en el tema.

David Maciel, profesor emérito de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), consideró que las medidas anunciadas el lunes en el contexto de dicho plan –entre ellas reforzar la seguridad, combatir a los grupos delictivos, dar tarjetas de visitantes regionales a los migrantes y prestar especial atención a menores de edad– significan una mejoría, pero siguen sin atender la verdadera raíz del problema.

Cuando Europa estaba en ruinas después de la Segunda Guerra Mundial, se aplicó el llamado Plan Marshall para reconstruirla porque era un asunto de seguridad mundial, era imprescindible. Lo que pasa hoy en Centroamérica es una tragedia mundial y la respuesta tiene que estar a esa misma altura, enfatizó el también investigador de El Colegio de la Frontera Norte.

Frenar el éxodo de las miles de personas que salen de sus países huyendo de la pobreza, pero también de la violencia, indicó, sólo será posible en la medida en que se generen empleos dignos, oportunidades de desarrollo y seguridad social, en vez de insistir en estrategias de mano dura que sólo están basadas en el cierre de fronteras y la criminalización de los migrantes.

Javier Urbano Reyes, coordinador del Programa de Asuntos Migratorios de la Universidad Iberoamericana, campus Ciudad de México, aseveró que el esquema anunciado por los gobiernos de México y Guatemala únicamente atiende los aspectos más urgentes de la crisis migratoria, pero no los más importantes ni los estructurales.

“Digamos que el Programa Frontera Sur sólo ve las hojas, pero no las ramas, ni el tronco ni la raíz. Con sus diferencias y matices, lo que se necesitaría es una especie de Plan Marshall para llevar inversiones masivas a Centroamérica, recomponer el tejido social, potenciar la agricultura y regenerar la economía local, que justamente fue devastada por lo que consideran el progreso”, coincidió.

De igual forma, el académico se dijo preocupado por la ejecución de dicha estrategia, pues aunque puede tener buenas intenciones, en México no se tiene el personal adecuado para llevarla a cabo ni hay claridad de si se trata del primer paso para llegar a soluciones de raíz, o si únicamente es una medida para paliar los efectos de la crisis humanitaria de los migrantes.