El INBA no cubrirá la demanda, eso no pasa en ningún lugar del mundo: Jorge S. Gutiérrez
Sería un suicidio hacer masivo el sistema de educación artística
En tres años la matrícula de las escuelas del instituto aumentó 20% y las opciones académicas 50% de 2001 a la fecha
Debemos decidir entre meter más alumnos a los grupos o incrementar la calidad de los estudios y mantener el trato personalizado que exigen, reiteró el funcionario
En danza y música hay que valorar si un estudiante no tiene cualidades de oído o cuerpo; sería irresponsable dejarlo continuar, no llegaría a una vida profesional o hasta podría haber daño físico, puntualizó el subdirector general de Educación e Investigación Artísticas del INBA. Sobre estas líneas, clase en la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea, en el Centro Nacional de las ArtesFoto Cristina Rodríguez
Lunes 14 de julio de 2014, p. a10
La demanda en educación artística en México se ha incrementado tanto los años recientes que de 2001 a la fecha las opciones académicas han aumentado 50 por ciento, afirma Jorge S. Gutiérrez, subdirector general de Educación e Investigación Artísticas del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).
El funcionario explica, en entrevista con La Jornada, que si hace 13 años había 300 opciones académicas a nivel superior en ese rubro, ahora existen 450, que se ofrecen entre el INBA y 25 universidades del país que han incorporado a sus planes de estudio carreras de arte.
La matrícula del INBA, continúa, es de 9 mil 700 alumnos (sin contar a los jóvenes que ingresarán este año). La cifra registra un incremento de 20 por ciento respecto de 2011, el cual creo que es considerable, es más que el aumento de la población
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Gutiérrez reconoce que si bien no se satisface completamente la enorme demanda por educación artística, los porcentajes son reflejo del esfuerzo institucional por cada vez admitir a más alumnos
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No obstante, lo piensa unos segundos y señala: No sería responsable meter más alumnos en cada grupo. Hacerlo masivo sería un suicidio para el sistema de educación artística, porque se traicionaría el principio de mantener y crecer la calidad
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El INBA cuenta con 29 escuelas de educación artística, entre ellas cuatro de iniciación, 12 bachilleratos de arte (nueve en diversos estados del país) y 12 escuelas profesionales, de las cuales cuatro están ubicadas en el Centro Nacional de las Artes (Cenart), donde además funcionan cuatro centros de investigación.
Hace unos días, en estas páginas, los directores de los cuatro planteles del Cenart ofrecieron un panorama acerca de sus escuelas ante el proceso de admisión en curso: 90 por ciento de los aspirantes rechazados en La Esmeralda, más un número indeterminado sin oportunidad siquiera de presentar ahí los exámenes de admisión; sólo 45 lugares en la Escuela Nacional de Arte Teatral, para 700 aspirantes; misma situación en la Nacional de Danza Clásica y Contemporánea, y mil 617 jóvenes con ganas de estudiar en la Superior de Música, cifra que luego de las primeras audiciones ha bajado a 502, pero que quizá, después de más exámenes, resultará en que poco más de 50 por ciento se quedará en el camino.
Si bien en todo el sistema educativo del país crecer la matrícula es un objetivo, aquí debemos decidir entre eso o incrementar la calidad de los estudios, además de mantener el trato personalizado que exigen los estudios de arte
, reitera Gutiérrez.
Ante ese panorama y la demanda continua, los procesos de admisión para los estudios artísticos que ofrece el INBA, dice, tienen “un proceso complejo, porque a diferencia de otras escuelas y universidades se tiene que hacer un trabajo individualizado para admitir a cada alumno. En un ejercicio de responsabilidad se debe tener una definición mayor de las cualidades, potencialidad y vocación de cada estudiante.
“Los procesos de admisión buscan cerciorarse de que el alumno defina con claridad su vocación, porque de lo contrario puede haber frustraciones; por ejemplo, cuando alguien piensa que en tres años va a tocar el piano, que va a ser concertista, o que va a lograr la fama.
En danza y música, por ejemplo, hay que valorar si un estudiante no tiene cualidades de oído o cuerpo, pues sería hasta irresponsable dejarlo continuar, no llegaría a una vida profesional o hasta podría haber daño físico
, puntualiza el funcionario.
Además, agrega, ¿por qué no usamos hasta en las noches las instalaciones o abrimos los sábados? Porque los estudios de arte exigen tiempo completo y no se limitan a los horarios establecidos, tienen que hacer prácticas profesionales, montajes, ensayos. Muchos alumnos no tienen en sus casas instrumentos, entonces los alumnos circulan en las escuelas del Cenart por las tardes, durante toda la semana. No es tan fácil abrir horarios como lo sería en una secundaria
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–¿Faltan docentes o ampliar las instalaciones?
–Los recursos que tenemos nos dan para atender el sistema que tenemos. No obstante, siempre es necesario renovar la planta docente, porque el arte se mueve rápido en función de los nuevos soportes y medios. Los planes de estudio en arte son los que más rápido se actualizan en el sistema educativo nacional por la necesidad de estar al día con las demandas del campo real de trabajo y los nuevos conocimientos.
“Tenemos los recursos para poder atender, mantener y superar la calidad que ahora tenemos. Creo que en el país necesitaríamos tener más opciones, como pasa en todo el sistema educativo nacional, en el cual estamos atendiendo a un porcentaje muy bajo de la demanda que hay. Pero en lo que nos toca, hemos hecho un esfuerzo importante, al optimizar los recursos o al conseguir que los maestros trabajen en otros horarios.
No vamos a poder cubrir la demanda completamente, eso no pasa en ningún lugar del mundo. Pero el INBA está muy pendiente para, a los alumnos que tiene en el sistema, darles una atención personalizada y de calidad, y en la medida en la que tengamos recursos, ir incrementando la matrícula
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En cuanto al mercado laboral, el subdirector general de Educación e Investigación Artísticas del INBA considera que en cuestión artística “México tiene cada vez mayor presencia en el mundo a través de sus orquestas y grupos, no sólo los que están ligados a las instituciones, sino los independientes.
“Todo el sistema educativo tiene un problema de conciliación entre egresados y campo de trabajo, pero aquí favorece a nuestros alumnos que durante sus estudios realizan, por ejemplo, prácticas escénicas o actividades que los van conectando con el mundo profesional. Muchos estudiantes, antes de terminar sus estudios, ya están trabajando en una compañía o una orquesta, formando un grupo o presentando una exposición.
Los artistas ahora tienen que competir por financiamientos, buscar constituir pequeñas empresas es la tendencia y también debemos formarlos en ese sentido. Los planes de estudio están incorporando esta línea. Hay un campo de trabajo creciente, claro, nunca en la proporción requerida, pero nuestros alumnos tienen mejores herramientas para defenderse
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–¿Qué les dice a los jóvenes que este año no van a conseguir un lugar en ninguna de las escuelas de arte del INBA?
–Primero, que contemplen las opciones que hay. El INBA es la institución que más opciones ofrece, pero no es la única. Hay 25 universidades en el país que imparten educación artística; están también las Fábricas de Artes y Oficios del Gobierno del Distrito Federal que están haciendo un trabajo interesantísimo, así como diversas opciones culturales en los estados.
Segundo, si su interés es muy particular en algunas de las escuelas del INBA, acérquense al plantel para que los orienten, que vean en qué fallaron en los exámenes, para reforzar los puntos débiles y la siguiente vez puedan volver a aspirar habiendo avanzado en los aspectos que les hicieron falta. Esa retroalimentación sí se las podemos ofrecer
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