Se olvidó el potencial de este recurso: la Sener no da fondos para incentivar la investigación
La innovación consiste en producir potencia mediante boyas marinas que comprimen pistones; un sistema de tres generaría 200 kilovatios de electricidad, se dijo en un taller organizado por el Cicese
Martes 19 de agosto de 2014, p. 3
Pese a la existencia en México de enorme potencial en la generación de energía marina sustentable, los poderes Ejecutivo y Legislativo, al reformar al sector energético del país, olvidaron implementar una política que incentive el desarrollo de esta tecnología.
Así, la energía oceánica está en espera de fondos de la Secretaría de Energía (Sener) para impulsar la innovación en un área del conocimiento que está a punto de lograr, en Ensenada, Baja California, encender por primera vez en México un foco a partir de energía del oleaje.
Alma Santa Rita Feregrino, consultora en ingeniería especializada en energías renovables del Grupo Energías Alternativas, Estudios y Proyectos (ENAL), manifestó lo anterior durante el primer taller Hacia energías sustentables marinas: resultados, retos y redes, que se realizó en instalaciones del Centro de Investigación Científica y Educación Superior de Ensenada (Cicese) el pasado 14 de agosto.
En el mismo foro, un grupo de científicos que participó en la mesa de discusión Necesidades en infraestructura de investigación, propuso la creación de un laboratorio nacional de pruebas en investigación marina que permita impulsar el desarrollo de la energía oceánica a escala experimental.
Ni la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México), que es el principal centro de investigación científica del país, cuenta con una instalación de esa naturaleza
, apuntó César Ángeles Camacho, del Instituto de Ingeniería de la máxima casa de estudios superiores del país.
El grupo de investigadores –incluyó entre otros a los científicos del Cicese Rodger Evans, del departamento de electrónica y telecomunicaciones; José Gómez Valdés, del departamento de oceanografía física, y Pilar Sánchez Saavedra, del departamento de acuicultura– también propuso la creación de un inventario nacional de recursos marinos en oleaje, mareas, corrientes, vientos, microalgas y contrastes térmicos.
Esto para la generación de diversas herramientas tecnológicas que actualmente no existen o están muy limitadas, como mapas de alta resolución que ayuden a identificar información de fuentes alternas renovables en materia de energía oceánica.
Por su parte, el ingeniero José Arroyo, de la empresa Energy Forever –consorcio con sede en Guadalajara, Jalisco, que ha trabajado dos años en vinculación con el Cicese y la Universidad Autónoma de Baja California (UABC, y bajo convenio con la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Administración Portuaria Integral (API) en El Sauzal–, anunció que Ensenada podría ser la primera ciudad mexicana en encender un foco con electricidad proveniente de la energía del oleaje.
La innovación tecnológica se basa en la producción de energía mediante la utilización de boyas marinas que comprimen pistones que, a su vez, inyectan un fluido hidráulico a presión a los generadores eléctricos. Así, se busca integrar un sistema de tres boyas que permita producir 200 kilovatios de electricidad.
Por su parte, el Grupo ENAL informó que esta empresa consultora –ciento por ciento mexicana– identificó cuatro sitios en México que podrían aprovecharse para generar electricidad a partir de recursos marinos: el Alto Golfo de California en Rosarito (Baja California), el estero de Morúa (en Puerto Peñasco, Sonora) y el Canal de Cozumel.
En Morúa podría construirse un doble embalse para aprovechar el cambio de nivel del agua que se produce con el cambio de mareas. El potencial es mayor a 40 megavatios y puede utilizarse en otras lagunas costeras similares.
El mismo principio se puede utilizar en el Alto Golfo de California, donde el diferencial de marea en algunos lugares alcanza más de seis metros.
En Rosarito es factible crear un parque undimotriz (que genera energía a partir del oleaje), que además ayudaría a disminuir la introducción de arena y material sólido a la costa, además de que se podría aprovechar la infraestructura de la planta termoeléctrica de la CFE que ya existe, para conectar el dispositivo.
Y en el Canal de Cozumel la idea es aprovechar las fuertes corrientes que ahí se generan entre la costa de Quintana Roo y la isla de Cozumel, que alcanzan velocidades superiores a dos metros por segundo.