Carlos Delgadillo prefiere crear cosas que no están en este mundo
mucho más allá del realismo y el hiperrealismo
También practica la pintura digital por su rapidez y para desintoxicarse
del trabajo diario
Miércoles 20 de agosto de 2014, p. 7
La necesidad del pintor Carlos Delgadillo (DF, 1974) de crear otros mundos
, tal vez se deba a su falta de convencimiento respecto del actual.
Sin embargo, eso no significa precisamente algo mejor. “Puede ser una atmósfera muchísimo más funesta, más tormentosa. Me parece muy atractivo que de repente uno tiene acceso a un mundo mediante un cuadro, aunque sea un lugar totalmente depresivo.
Si me pudiera ir de viaje a un cuadro y éste fuera depresivo, podría vivir en una depresión permanente, pero me puedo saltar de cuadro a cuadro a un mundo donde la vida es miel sobre hojuelas, y otro donde, bueno, voy a ver personajes fantásticos.
De Picasso a Dalí
Hace 10 años Delgadillo se percató de que pintar era lo que más deseaba. Desde niño dibujaba, incluso a sus nueve años descubrió a Picasso gracias a la exposición Los Picasso de Picasso, montada en el Museo Rufino Tamayo. Después conoció a Dalí y toda la corriente del surrealismo, en el que se concentró mucho, ya no tanto en el tema contemporáneo.
La caricatura le daba la posibilidad de a lo mejor estirar los brazos de una manera impresionante o de los clásicos ojos que se desorbitan que, llevado al plano más serio de la pintura, es más o menos lo mismo. Es decir, uno puede crear espacios, ambientes, lugares que no existen
.
Después de estudiar diseño un año, Delgadillo abandonó la universidad, pues esa carrera le pareció muy lenta
, y mejor entró a trabajar en la televisión privada. Posteriormente fue contratado como director de arte de la empresa de animación Huevo Cartoon, en la que pudo desarrollar el diseño y el empleo del color, que no estudió porque nunca fue a una escuela de arte, aunque después tomó algunos cursos.
Durante cinco años que trabajó en Huevo Cartoon se produjo la primera cinta, Una película de huevos (2006). Después, Delgadillo hizo su propia empresa, misma que trabaja para diferentes compañías, en las áreas de animación, diseño de logotipos, de imagen empresarial y hasta el video mapping, que es la creación virtual de escenarios.
La obra del entrevistado es figurativa con tendencias hacia el surrealismo, por eso de poder expresar cosas que no existen, volar la mente y explorar esta parte que me llama mucho la atención. Crear cosas que van mucho más allá del realismo o el hiperrealismo, que no están en este mundo
. Gusta trabajar a partir de una mancha, a la manera de un ejercicio o juego mental, para ver qué saldrá.
No le agrada hacer bocetos previos, sino que casi sea un proceso de boceto, desarrollo y cuadro final, o sea, que el boceto es el mismo cuadro pero al principio de éste. Me gusta seguirlo desarrollando
.
Delgadillo también practica la pintura digital por su rapidez, así como una forma de desintoxicarse
respecto de su trabajo diario. Prefiere, sin embargo, el lienzo de tela, además, dice acabar totalmente bañado en pintura cuando pinta un óleo o acrílico, pero que eso es parte de la obra. Es como interactuar
con la obra.
Siempre me ha sido necesario realizar un rito a la hora de ponerme a pintar. No nada más llegar y pintar, sino desde la vestimenta, a lo mejor una copa de vino, un cigarro; la música es fundamental. Hacer toda una parafernalia allí como para encontrarse por medio de eso. Me gusta mucho lo que se puede lograr en el arte digital, pero no lo cambiaría por el otro.
El entrevistado no mantiene vínculos con ningún núcleo de pintores: No hay esa contaminación tan cercana. Lo que me influye es de ahorita mismo estar aquí o mañana ir a un museo, o dentro de un mes me voy de viaje
.
Ser medio solitario
es medio a propósito
, porque tampoco se considera muy sociable, hecho que ayuda mucho a clavarme, porque a la hora de pintar estoy totalmente solo
.