Fuera, los ministros socialistas críticos a las políticas de austeridad
Miércoles 27 de agosto de 2014, p. 26
París, 26 de agosto.
El presidente francés, François Hollande, nombró este martes un nuevo gobierno sin los principales representantes del ala izquierda del Partido Socialista (PS) que criticaban su política de austeridad y con un ex banquero como nuevo ministro de Economía.
Emmanuel Macron, ex banquero de 36 años y hombre de confianza de Hollande, sustituye a Arnaud Montebourg, cuyas críticas a la política económica del gobierno este fin de semana provocaron la peor crisis política de la actual presidencia.
La designación de Macron, partidario de una línea más liberal y no es miembro del PS, demuestra que Hollande y el primer ministro, Manuel Valls, optaron por dejar de lado las críticas de los partidarios de una política más social, en momentos en que Francia tiene un alto índice de desempleo.
Valls anunció esta noche en la televisión pública France 2 que sometería su gobierno a un voto de confianza en la Asamblea en septiembre u octubre. Lograremos la mayoría
, aseguró.
Afirmó que hay una sola línea
y rechazó las acusaciones de Montebourg de llevar a cabo una política de austeridad
. Asimismo, destacó que el debate a nivel europeo sobre el ritmo de reducción del déficit no excluía los esfuerzos a nivel nacional.
Desde hace 40 años, Francia vive por encima de sus medios con una deuda y un déficit demasiado elevados
, añadió.
En el nuevo gobierno, conformado por 16 ministros –ocho hombres y ocho mujeres–, se mantienen el ministro del Exterior y número dos del gobierno, Laurent Fabius; el de Defensa, Yves Le Drian, y la ministra de Justicia, Christiane Taubira.
Najat Vallaud-Belkacem, ex ministra de la Juventud y Deportes, se convierte en la nueva ministra de Educación, en relevo de Benoit Hamon, otro representante del ala izquierda del PS que apoyó las críticas de Montebourg.
Hollande pidió a Valls la formación de un gobierno con una línea y comportamientos claros
, según el Elíseo. Los comportamientos tienen que garantizar la coherencia, el respeto y la solidaridad
, añadió.
El objetivo de Valls era anunciar un gobierno más homogéneo, sin Montebourg, sin Hamon y sin la ministra de Cultura, Aurélie Filippetti.
Hollande y Valls se encuentran en mínimos en los sondeos (17 por ciento de aprobación para el presidente y 34 por ciento para el primer ministro, según el barométro Ipsos-Le Point del lunes) y la situación económica no mejora: el crecimiento se estancó en el primer semestre y el desempleo sigue subiendo, cerca de 11 por ciento.
Valls y Hollande decidieron cortar por lo sano para poner fin al desacuerdo entre los partidarios de la línea oficial –recuperar la competitividad ayudando a las empresas y recortando el gasto público– y los partidarios de una política alternativa hostil a la reducción a marchas forzadas del déficit público
, considerada contraproducente para el crecimiento y dañina para las clases populares.