Su hija Ana Patricia presidirá el Grupo Financiero Santander
Tiene presencia en México desde 1950; en este país posee activos por más de $806 mil millones
Jueves 11 de septiembre de 2014, p. 24
Madrid, 10 de septiembre.
Emilio Botín, el banquero más poderoso e influyente de España y máximo accionista del Grupo Santander, murió la madrugada de ayer víctima de un infarto de miocardio en su mansión de Somosaguas, en Madrid. Botín murió a los 79 años de forma inesperada, lo que provocó cierto nerviosismo en los mercados financieros –en los que se registró una caída del valor de las acciones de su grupo–, así como incertidumbre en el emporio financiero, que se cerró con el nombramiento de su hija, Ana Patricia Botín, como la heredera y nueva presidenta del Grupo.
Las reacciones por la muerte de Botín fueron multitudinarias, en las que se destacó su perfil de banquero de éxito que logró la internacionalización de un banco hasta erigirse en uno de los más importantes y grandes del mundo.
En su casa de la localidad de Somosaguas, en la comunidad de Madrid, Botín murió víctima de un infarto fulminante. El deceso ocurrió durante la noche, si bien el Grupo Santander comunicó oficialmente la noticia a través de un hecho relevante a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el miércoles por la mañana, una vez que se abrió la sesión. Según la versión oficial, el banquero murió por la noche, de forma repentina y sin que los rescatistas pudieran hacer nada para reanimarlo.
El banquero español, considerado el hombre más poderoso de España y de parte de Iberoamérica, había sufrido recientemente algunos problemas médicos, si bien no padecía ninguna enfermedad que hiciera temer por su vida. La familia –sus seis hijos y su esposa– recibió la noticia con dolor y sorpresa, pues mantenía el mismo ritmo de trabajo de siempre y tenía numerosos proyectos en puerta. Tras el reconocimiento oficial de los forenses, sus restos mortales fueron trasladados a la ciudad de Santander, capital de Cantabria, de donde era originario, al igual que el resto de su familia, y el lugar donde nació el Banco Santander hace más de cien años.
Botín era referente de las entidades financieras españolas, una vez que desde su llegada a la dirección del banco que fundó su familia, a mediados del siglo XIX, se llevó a cabo una ambiciosa expansión que le ha permitido tener presencia en varios países, incluido México, Estados Unidos, Londres, Brasil, Perú, Colombia y Francia, entre otros.
Botín nació el primero de octubre de 1934 en la ciudad de Santander, en el seno de una de las familias más ricas y de más larga tradición en la banca del país. De hecho su primer puesto de relevancia en el banco, entonces una entidad de carácter regional con aspiraciones a crecer sólo dentro de España, fue cuando tenía 30 años y tras su titulación en economía en la Universidad de Deusto.
En 1971, con tan sólo 37 años, fue nombrado vicepresidente segundo del consejo de administración del Banco Santander, con lo que desde entonces ha asumido una buena parte de las decisiones estratégicas de la entidad. En 1986 fue designado presidente, cargo que ocupó hasta su muerte.
Bajo el mandato de Botín en el Banco Santander, el Grupo creció primero al interior de España, al convertirse en el primer banco español tras la fusión, en 1999, con el Banco Central Hispano, y así mantuvo su estrategia de expansión al resto del mundo. La andadura de Santander en México se inició de forma oficial, y de manera discreta, en 1950, cuando creó Santander Investment en nuestro país. En 1966 compró Grupo Inverméxico y fue entonces cuando se convirtió en el Grupo Financiero Santander Mexicano, que finalmente se terminó por convertir en uno de los tres principales bancos del país tras la adquisición, en el año 2000, de Banca Serfín.
Sólo en México el Grupo Santander tiene activos totales por 806 mil 300 millones de pesos y más de 10 millones 6 mil clientes, así como 991 sucursales, 238 oficinas en todo el país y una plantilla de trabajadores de 13 mil 883 personas.
Sólida formación
A pesar de que la muerte no era inminente, Emilio Botín preparó a su hija, Ana Patricia, desde muy joven para convertirse en la heredera de su emporio, para lo que la fue formando en distintas ramas de las entidades financieras y grupos empresariales. Por ello no fue sorpresa que Ana Patricia, de 53 años y con una sólida formación académica a su espalda, fuera elegida por unanimidad como la nueva presidenta del Grupo Santander. En estos momentos tan difíciles para mí y mi familia, agradezco la confianza del consejo de administración y asumo con total compromiso mis nuevas responsabilidades
, dijo la heredera tras ser ratificado su nombramiento por el consejo. Entre las anteriores responsabilidad de la nueva presidenta de grupo español destacan que fue consejera delegada de la filial de Banco Santander en Reino Unido, fue directora general de Banco Santander, SA, y con posterioridad asumió la presidencia ejecutiva de Banesto entre 2002 y 2010. Entre otros cargos relevantes, es consejera no ejecutiva de The Coca-Cola Company.
La muerte de Botín, a quien se consideraba la persona más poderosa de España, provocó un alud de reacciones en el país. El presidente del gobierno, Mariano Rajoy, advirtió que supone un mazazo
para el país al ser un gran embajador de la marca España y su labor para convertir la entidad financiera en la más importante de España
. Sólo puedo decir que lo siento mucho, mando un abrazo muy fuerte a su familia, espero que las cosas que se tengan que resolver se resuelvan a la mayor celeridad posible y el banco siga siendo un gran embajador de la marca España y siga actuando como debe hacer una entidad financiera en los tiempos que estamos
, señaló Rajoy.
El mundo económico también ha lamentado la pérdida de Botín. El presidente de Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), Francisco González, señaló: Quiero transmitir en nombre de BBVA nuestro pésame por el fallecimiento de Emilio Botín. Lamentamos su pérdida y nos sumamos al dolor de su familia y del Grupo Santander en estos momentos
. Mientras que el ministro de Hacienda español, Cristóbal Montora, señaló que perdemos a un líder empresarial, pero deja un legado en forma de una de las grandes empresas, uno de los grandes bancos del mundo
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