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Plantea el rector de la UNAM la necesidad de fortalecer la educación superior

Los sistemas económicos no deben favorecer a unos cuantos en detrimento de las mayorías

El extremo más doloroso de la desigualdad es el tamaño y profundidad de la pobreza, señala

 
Periódico La Jornada
Miércoles 24 de septiembre de 2014, p. 23

Para el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro Robles, los equilibrios macroeconómicos no deben ser más importantes para las economías nacionales que los desequilibrios sociales.

El rector lamentó que la desigualdad social en el orbe siga siendo un problema sin resolver. Dijo que datos del Fondo de Población de Naciones Unidas señalan que mientras 8.4 por ciento de la población mundial posee 83 por ciento de la riqueza total, casi 70 por ciento de la más pobre tiene sólo 3 por ciento.

Aunado a ello, agregó, en las últimas dos décadas 53 por ciento de la riqueza generada a escala global ha sido para el uno por ciento del sector más rico de la población.

Al inaugurar el 31 congreso nacional y quinto internacional de Servicio Social y Voluntariado Universitario 2014, en el teatro Carlos Lazo de la Facultad de Arquitectura de la casa de estudios, Narro Robles indicó que la desigualdad es un problema histórico en México, que debe ser resuelto con el fortalecimiento de la educación, en particular de la superior, que empuja el ascenso social.

Por ello, planteó que los sistemas económicos no deben favorecer a unos pocos en detrimento de las mayorías. Es necesario, dijo, tener claro que las profundas desigualdades en los ingresos afectan a todos, además de que la marginación y la exclusión que implican estos desequilibrios restringen el crecimiento de las economías.

El rector expresó su pesar por el hecho de que aun con los avances de la economía mundial y el auge del progreso técnico, el reparto de los beneficios (hacia todos) no mejora ni permea la escala social, como lo suponen quienes defienden el estado actual de cosas.

En el caso particular de México, la concentración de la riqueza en unas cuatas manos es un problema histórico que parece perpetuarse no sólo en cuanto a la mala distribución del ingreso, sino en lo concerniente a la desigualdad de oportunidades, en especial en lo que se refiere a educación, salud, alimentación y empleo, donde son afectados mayormente los indígenas, los jóvenes y las mujeres.

Para el rector el extremo más doloroso de la desigualdad es el tamaño y profundidad de la pobreza. Según cifras de 2012 –refirió–, poco más de 53 millones de mexicanos viven en esa condición y 11.5 millones en pobreza extrema.

Frente a ello, planteó la urgencia de fortalecer el papel de la educación, en general, y en particular, de la superior, que constituye uno de los mecanismos por excelencia para impulsar la movilidad social.

Para este proceso las universidades tienen una gran responsabilidad, sobre todo la educación superior pública, que ha desempeñado un papel central como igualadora de oportunidades y en facilitar el ascenso de las personas en la escala del desarrollo, el progreso y el bienestar social.