En la inauguración de la Feria Internacional del Libro en el Zócalo, en su edición 14, el escritor jalisciense Álvaro Enrigue se manifestó sobre los sucesos ocurridos en el estado de Guerrero. No pueden, no nos van a callar, nos van a tener que matar a todos si quieren que se nos olvide Ayotzinapa.

En el discurso que pronunció como ganador del Premio de Novela Iberoamericana Elena Poniatowska por su libro Muerte súbita, el autor continuó: Es mi encargo esta mañana agradecer en nombre de todos los premiados. No soy nadie para agradecer por ellos, pero sí quien puede agradecer. A Mayco Osiris Ruiz, por seguir siendo poeta a pesar de que México sea un país de luto, porque todavía hay gente que cree que puede silenciarnos a balazos, y a Delia Hernández Pastor y Luis Arévalo Villegas, porque han entendido, dentro de ese interminable luto nacional que no deja de agobiarnos, que lo único que nos puede salvar son las redes, que el arte y la lectura y el de junto, el del otro lado, y el de enfrente, son la red que nos cacha y junta. Gracias Delia, Mayco, Luis.

Mientras Enrigue expresaba que no se nos olvide Ayotzinapa en el foro José Emilio Pacheco, afuera de la carpa, el expositor Christian Chaverol López gritó: ¡Ni el primero de diciembre, e inmediatamente elementos de seguridad y organizadores del encuentro librero se acercaron a él y le preguntaron si se encontraba bien. El joven regresó a colocar el módulo 62 del sello Sangre y Cenizas.

En su discurso, el autor jalisciense también evocó su infancia en la ciudad de México, sus primeras lecturas, los consejos del librero de El Parnaso, Germán Toyos, quien le enseñó que “la vida está para leerla representada por otros mejores que nosotros.

Aquí aprendí que si suficiente gente lo reclama, el gobierno se dobla, y que lo mejor de las desgracias es que también pasan. Que pasen nuestras desgracias madre DF, que pasen ya y que México vuelva a ser de los mexicanos.

Posteriormente, Miguel Ángel Mancera, jefe de Gobierno del Distrito Federal, a las 10 horas declaró inaugurada de manera oficial la Feria Internacional del Libro del Zócalo: Hoy reconocemos a escritores, a creadores de la cultura; hoy reconocemos a Tepito, representado en este espacio; hoy reconocemos a Iztapalapa, representada también en este espacio.

El jefe de gobierno de manera especial reconoció el trabajo del secretario de Cultura de la ciudad de México, Eduardo Vázquez Martín, ya que en esta edición la feria incrementó sus actividades de 300 a 750.

También indicó que participan en la feria 350 sellos y 300 expositores, además de jóvenes editoriales y colectivos que quisieron ser parte del encuentro.

En un mensaje breve, Mancera externó que la feria debe simbolizar la paz que clamamos todos. La paz representada desde el Zócalo de la ciudad de México con las letras, con la cultura, con la creatividad, con la representación de todos y de cada uno de ustedes, la paz con los premios entregados hoy.

En la ceremonia inaugural también se entregó el Premio al Mérito Literario Carlos Monsiváis a Luis Arévalo Venegas, del barrio de Tepito, quien cuenta con más de 30 años de trabajo como promotor cultural, y a Delia Hernández Pastor, de la colonia Reforma Política, en Iztapalapa, quien ha trabajado por mejorar las condiciones de vida de la demarcación donde vive, al ser fundadora de la que hoy se conoce como Casa de la Cultura Imaginarte.

El reconocimiento para la trayectoria de un colectivo fue para Jóvenes Orquestas. Orquestando la Lucha, del barrio de Cuautepec, que fue entregado a José Carlos Calzada.

Eduardo Vázquez Martín, en su intervención, señaló que el libro es “la obra más generosa y accesible de la cultura contemporánea. Por eso la feria que hoy nos convoca es una fiesta de todos y para todos, una celebración de la creatividad, de la libertad de y la comunicación entre las personas.

Para los que trabajamos en hacer posible esta feria, el libro y la cultura son sinónimos. Es cierto que existieron, en el pasado remoto, culturas sin libros, pero no imaginamos en el futuro ninguna civilización próspera, razonablemente justa, libre y democrática sin libros ni lectores.

Sostuvo que una tarea central de la Secretaría de Cultura es el apoyo a la industria editorial para lograr que el libro se convierta en “herramienta de transmisión de conocimientos y valores, depósito de saberes y uno de los elementos más eficaces para dar sentido y continuidad a los fundamentos de nuestras libertades.

En el acto también estuvieron presentes Marcos Leal Raposo Lopes, embajador de Brasil, país invitado del encuentro; Ricardo Cayuela Gally, director general de Publicaciones del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes; Ángeles Aguilar Zinser, vicepresidenta de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana, y Paloma Saiz Tejero, coordinadora de la Brigada para Leer en Libertad, AC.