En Madrid, demandan renuncia de la ministra de Sanidad
Teresa Romero habló con médicos y ha comenzado a generar anticuerpos
Domingo 12 de octubre de 2014, p. 37
Madrid, 11 de octubre
Teresa Romero, la enfermera española infectada del virus del ébola, continuaba recuperándose este sábado, en momentos en que un grupo de científicos y expertos europeos visitaron el hospital Carlos III de esta capital, donde se atiende a los posibles contagiados de la enfermedad, para la que no hay vacuna.
Una de las principales conclusiones de los científicos fue que el centro hospitalario no es el adecuado
para atender este tipo de enfermedades, si bien la protección de los profesionales
sí lo es.
En Madrid, centenares de personas exigieron en las puertas de la sede central del Partido Popular (PP, en el poder) la dimisión tanto de la ministra de Sanidad, Ana Mato, como del consejero madrileño, Javier Fernández.
El gobierno del conservador Mariano Rajoy enfrenta una crisis sanitaria y política a raíz del caso de Romero, el primer contagio de ébola fuera de África, y quien participó de forma voluntaria para atender a un médico-misionero infectado durante su trabajo en Liberia.
Tanto la oposición política como la mayoría de los colectivos sanitarios y un grueso de la población española critican la pésima gestión de la crisis por parte del gobierno, así como la ausencia de instalaciones y medios adecuados para la atención de este tipo de epidemias, virus y enfermedades.
La Unión Europea (UE) envió a un grupo de expertos del Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades, que realizaron una inspección de tres días. Concluyeron que el centro sanitario no es el adecuado para tratar estos casos, pero matizan que las actuaciones que se han llevado a cabo y continúan realizándose en la actualidad tienden a mejorar
, así como que la protección de los profesionales es la adecuada
, así como la labor de los médicos adscritos a la Unidad de Medicina Tropical, que son los responsables de atender a los pacientes infectados o con sospechas de tener el virus -estos últimos 15, que permanecen en observación.
Las conclusiones de los expertos coincidieron además con la notable mejoría de Teresa Romero, quien en 48 horas ha pasado de estar al borde de la muerte a experimentar una estabilización, hasta el punto de que recuperó la conciencia y ha empezado a generar anticuerpos para combatir el virus, e incluso ha comenzado a mantener comunicación verbal con los médicos.
En medio de una intensa tormenta y de un hermético dispositivo policial, unas 500 personas se manifestaron en el centro de Madrid –en la Puerta del Sol– para exigir respeto
a los sanitarios, en especial a Teresa Romero, y para reclamar la dimisión de la ministra de Sanidad española y del consejero madrileño, por su pésima actuación durante los últimos días y por intentar responsabilizar a la propia víctima de su infección, con el fin de eludir cualquier tipo de responsabilidad política.
Después de la concentración, un grupo de 70 personas se trasladó a la sede central del PP, donde gritaron ¡Dimisión!
y ¡Teresa somos todos!
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