José Emilio Pacheco, con lectores de varias generaciones, fue autor de una obra de una riqueza de interpretaciones extraordinaria que nos sigue cimbrando, afirma el poeta y narrador Vicente Quirarte, quien inaugurará este noviembre la Cátedra Extraordinaria de Fomento a la Lectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), bautizada en honor al escritor fallecido este año.

“Las batallas en el desierto es un texto que tiene cada vez más lectores jóvenes (...) Acabo de regalar un ejemplar a una persona que nació el mismo año que José Emilio, quien lo va a ver con la perspectiva de alguien que vivió todo eso; sin embargo, un niño que lo vea como ‘la más lejana prehistoria’ –como dice el personaje en la novela–, también se identificará con esa sensación de enfrentamiento de la infancia con la ciudad, el amor, la injusticia, la política corrupta; todos estos factores que a los niños del siglo XXI le preocupan”, menciona el escritor a La Jornada.

“Creo que cualquier niño quiere un gobierno honesto, un mundo sin contaminación, exactamente lo mismo que quería el de Las batallas en el desierto. Carlitos, en el libro, dice que le gustan los días nublados, porque es un niño poeta, pero no le gusta ver comida en la basura y que los pobres se queden sin comer. Uno ve en ese niño la personalidad de José Emilio. Él era así, un ser con gran conciencia de la fealdad universal y de la injusticia de la creación.”

Quirarte recuerda a Pacheco como un enorme ejemplo de creación y vida, la gran armonía que siempre manifestó entre el hombre que vive y el poeta que crea, para utilizar una frase de T.S. Eliot. Tenía un público muy leal y sus conferencias le ayudaban después a hacer ensayos y estudios; tenía un afán constante de corrección. No creía en la obra definitiva y, como los verdaderos grandes, cuando estaba con los amigos, en confianza, era un hombre muy divertido, cordial e inocente, en el mejor de los sentidos del término.

“Cuando di clases en Israel, mis alumnos no hablantes nativos de español, me dijeron: ‘De todas las lecturas que nos dio, el único autor para el que no necesitamos diccionario fue José Emilio Pacheco’. Eso parecería una ofensa para un escritor. No, para José Emilio, porque él con su español perfecto, impecable, con su áfan continuo de corregirse, de revisarse, logró esta extraordinaria prosa que nos sigue cimbrando”.

Quirarte explica que la primera sesión abordará la poesía de Pacheco, “tal vez la parte menos frecuentada de su obra. La poesía de José Emilio es un tema que me interesa tratar, sobre todo su evolución. De ser un poeta exigente, puro en el sentido de Paul Valéry, donde la anécdota personal no interviene y el lenguaje poético está perfectamente estructurado; su poesía se va llenando de un sentido de crónica, de acontecimientos cotidianos, más conversacional, y en sus últimos libros vuelve a esta elevación lírica extraordinaria que permite los poemas en prosa de la Edad de las tinieblas o libros como Miro la tierra.

“En la segunda sesión, me voy a acercar a su narrativa, sus libros de cuento y sus dos novelas: Las batallas... y Morirás lejos. Me interesa tomar la figura del niño, que aparece desde sus primeros cuentos y luego en Las batallas en el desierto, donde, es curioso, aparece Arturo fugazmente, el niño del cuento ‘El parque hondo’, de su primera juventud.

“Y en la tercera sesión, me voy a dedicar más al Pacheco ensayista, autor de prólogos, la antología del modernismo, su excelente prólogo al diario de Gamboa, sus Inventarios, tan sólo con ellos tenemos tela de dónde cortar. Quiero hacer calas en algunos de ellos y demostrar cómo en ese género, imitable por muchos y nunca superado, él logra crear un género de su propia invención.”

Y habla del fallecimiento de José Emilio Pacheco, ocurrido en enero de este año: La verdad es que ha pasado poco tiempo y sin embargo el vacío es muy grande. Ha sido una pérdida tremenda, porque José Emilio era como la montaña, siempre estaba ahí; para nosotros era eterno. Sin embargo, creo que su literatura logra que este tiempo pretérito continúe presente. Es un gran consuelo tener su herencia en su escritura, en sus libros, y de eso se trata este curso.

La cátedra forma parte del Programa Universitario de Fomento a la Lectura Universo de Letras universitario; se impartirá los días 5, 12 y 19 de noviembre, de 17 a 20 horas, en la Sala Carlos Chávez del Centro Cultural Universitario (CCU). Se cuenta con cupo máximo de150 participantes el costo es de 500 pesos.