Alerta líder sobre dos bandas criminales
Miércoles 12 de noviembre de 2014, p. 37
Matías Romero, Oax.
El aumento de los asaltos y los robos a viviendas y negocios en meses recientes motivó que en la agencia de Palomares surgiera un grupo de autodefensa encabezado por quien se hace llamar El comandante del sur.
Este grupo lo conforman unos 40 hombres. No utilizan armas, pero instalan retenes con palos y piedras en los accesos a las comunidades, principalmente de la zona montañosa. Organizan asambleas dominicales, en las que acuerdan medidas de seguridad.
La noticia generó curiosidad, sobre todo porque el líder se cubre el rostro con un pedazo de tela. El comandante del sur accedió a dar una entrevista a La Jornada.
Fotógrafo y corresponsal fueron conducidos en camioneta por un estrecho camino de terracería; después de 40 minutos pararon y pidieron al fotógrafo no tomar imágenes hasta que lo autorizaran.
Luego los condujeron a una bodega de techo de lámina y les ordenaron esperar. Desde dentro se escuchó: ¡Que pasen!
Sentado en un tronco estaba El comandante del sur.
–¿Por qué se cubre el rostro?
–Para que el gobierno no sepa quién soy, porque luego desaparece o mata líderes. No es por miedo.
La autodefensa en esta región del norte del Istmo de Tehuantepec es por la necesidad de defender a las familias del crimen organizado, que opera aquí desde hace años
, explicó.
“En Palomares existen dos bandas rivales, Sureño 13 y Pitufo 14, que disputan la zona. A diario nos roban, entran a nuestras casas. Ya no podemos vivir así, necesitamos protegernos, cuidar lo nuestro, y la única forma es organizarnos y eso somos: un grupo organizado de autodefensa”, dijo.
El dirigente añadió que Palomares es paso de indocumentados; algunos se han quedado aquí, pero “los peores, como los maras salvatruchas, tiene influencia con los sureños 13 y hacen lo que quieren en éste y otros poblados”, como Ejido Revolución y El Zapote, que pertenecen a San Juan Guichicovi.
Respecto de los retenes, explicó que los conductores nos indican a quién visitarán. No estamos armados porque no somos ejército ni guerrilla
.
El gobierno, dijo, sabe lo que sucede en Palomares. El crimen organizado está muy fuerte y utiliza a las bandas para adueñarse de este lugar
, dijo con voz ronca.
No tengo miedo a morir. Sabemos que vamos a convertirnos en una piedra en el zapato del gobierno, pero no nos importa
, dijo.
No vamos a permitir que nos roben el ganado, nuestras pocas cosechas. A diario aparece una persona muerta y las autoridades no hacen nada. Estamos en riesgo, pero más vale decir que aquí estamos, listos para defendernos
.
En las calles y avenidas de Palomares observar un auto con placas de otro estado, rostros desconocidos o acciones como vender productos de casa en casa causa miedo y desconfianza.
El 14 de septiembre el cura Victorino López Nolasco fue asaltado. El agente municipal priísta Fernando Rasgado Díaz convocó a una asamblea general en la cual los habitantes acordaron imponer un toque de queda
a las 22 horas.
Quien viole esta disposición debe pagar una multa de mil 500 pesos y es remitido a los separos municipales.
Palomares, limítrofe con Veracruz, tiene aproximadamente 5 mil habitantes. Es una importante zona de comercio que ha recibido a migrantes centroamericanos y a trabajadores provenientes de Guerrero, Michoacán, Veracruz y el Distrito Federal.