Advertencias militares
Los ‘‘juicios injustos’’
Nación ‘‘en juego’’
PGR de desconfiar
Gobierno chino reclama trato justo
Ugalde: por fin halló su vocación
Los estragos de Odile
Colisión de dos cosmogonías mercantilistas: EU vs China
México en movimiento
Exporta mano de obra
Medalla de oro en AL
San Miguel de Allende
Veinte festivales
Dos días, una noche
egún un documento de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), nuestro país se ha convertido en el principal emisor de migrantes en América Latina: 11.8 millones de connacionales residen en el extranjero, la mayoría en Estados Unidos, donde son mexicanos cuatro de cada 10 latinoamericanos (28.5 millones en total). México encabeza también la cifra de personas que retornan a su país de origen aunque, advirtió el organismo internacional, esa posición probablemente se explica por las expulsiones de extranjeros que realiza el país vecino.
Cuarenta y tres
ué se puede decir que no sangre
que no mate el olvido
que sea un grito sin fin
que taladre las piedras
y que corra en los ríos:
Que son 43
Que eran 43
Que serán 43
Que fueron 43 las voces que
silenció la infamia:
Cuarenta y tres las esperanzas
Cuarenta y tres los sueños
Cuarenta y tres los hijos
Cuarenta y tres hermanos
Cuarenta y tres amigos
Cuarenta y tres millones
clamando por justicia
l paso de los días –que ya formaron enorme oquedad– no apacigua la tormenta de dolor y la rabia popular. Menos aún la auxilia en su desamparo la provinciana versión oficial. La desconfianza cala hondo en una sociedad que, a pesar de desear la calma, no alivia, y tampoco cura, sus heridas. El desasosiego continúa y se atornilla por la dificultad para entender, a cabalidad, lo sucedido allá por Guerrero. La espina clavada en eso que se llama la mexicanidad, por ahora alebrestada, abrió soberbio tajo en el corazón colectivo. Los muertos, los desaparecidos y sus familiares continúan, insepultos unos, llorando otros y sin retorno o reposo digno los demás. Mientras no haya seguridades del paradero de los normalistas reclamados habrá que seguir en la búsqueda sin descanso alguno.
a brutalidad de los hechos de Iguala y Ayotzinapa se ha ido transformando, día con día, en una especie de prisma que refleja nítidamente el espectro entero de la sociedad y el Estado. Y la visión que abre ese reflejo es tan difícil de asimilar, tan dura, que ha terminado por movilizarnos a todos. Por eso todos pedimos cambios, pedimos que se tomen medidas, pedimos que se haga algo, casi cualquier cosa, para que esto no siga así.
as multitudinarias manifestaciones que claman justicia en el caso de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa son conmovedores actos de compasión colectiva. El horror no les pasó a ellos, sino también a nosotros. Recordemos que compasión significa padecer con, sentir como propio lo que lacera a los otros y otras.
o son muchos los estadistas fallecidos durante el ejercicio del poder. Franklin D. Roosevelt murió de hemorragia cerebral (1945); el corazón deparó a Francisco Franco una agonía lenta y dolorosa (1975) y a Gamal Abdel Nasser la muerte fulminante (1970); el cáncer acabó con Juan D. Perón (1974) y Hugo Chávez (2013), y Yasser Arafat murió el 11 de noviembre de 2004, por causas que nunca fueron bien aclaradas.
as imágenes de miles de personas demoliendo secciones del muro de Berlín en noviembre de 1989 fueron presentadas en la prensa internacional como la victoria del pueblo sobre la tiranía. El desprestigio del régimen de Alemania oriental, con su sistema represor organizado alrededor de la temible Stasi, era contrastado con las virtudes del sistema de libre mercado. Aún antes del colapso de la Unión Soviética en diciembre de 1991 se impuso la línea única de pensamiento: capitalismo y mercado eran sinónimos de libertad y democracia.
n México se puede sepultar a un escritor de diferentes maneras: 1) proscribiendo su lectura por sus declaraciones políticas como le ocurrió a Salvador Novo por su cercanía con el régimen represor de Gustavo Díaz Ordaz; 2) publicando sus obras completas hasta volverlo casi ilegible en un mar de papel como le ha pasado al gran Alfonso Reyes a quien Borges consideraba toda una literatura; 3) ninguneándolo, ejercicio frecuente en el mundo literario donde se pondera la amistad sobre la calidad de la escritura o, finalmente, 4) resaltando su coherencia política por encima de su calidad literaria.