Bogotá.

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ordenó suspender las negociaciones de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), un día después de que fue capturado por guerrilleros el brigadier general Rubén Alzate, el militar de más alto rango llevado a cautiverio por la insurgencia en 50 años de guerra civil.

Junto a Alzate, quien iba vestido de civil, fueron retenidos en una región selvática del Departamento de Chocó, el cabo primero Jorge Rodríguez Contreras y una funcionaria civil de proyectos de desarrollo económico en zonas conflictivas, la abogada Gloria Urrego.

Un cuarto militar, que el domingo por la tarde llevó al grupo en una lancha, logró escapar del sitio de la detención, en la comunidad Las Mercedes, del municipio de Quibó, y dio parte de la captura, atribuyéndolo a presuntos miembros del frente 34 del bloque occidental de las FARC, a unos 300 kilómetros de Bogotá.

Los hechos ocurrieron dos días antes de que la delegación negociadora del gobierno colombiano viajara a La Habana para continuar el diálogo iniciado el 19 de noviembre de 2012.

Tras saber de la captura del general Alzate, quien comenzó a dirigir este año la fuerza de tarea Titán, especializada en operaciones contra fuerzas irregulares, los altos mandos de las fuerzas armadas ordenaron el despliegue masivo de militares en el departamento de Chocó, donde no sólo operan las FARC, sino también el guerrillero Ejército de Liberación Nacional (ELN) y la banda delictiva conocida como Los Urabeños.

Este lunes, Santos convocó de urgencia a la delegación oficial negociadora que encabeza Humberto de la Calle, con quienes analizó lo sucedido en Chocó y la respuesta del gobierno a lo que definió como un secuestro. El mandatario ordenó a la comisión negociadora no viajar este martes a la isla.

Se suspende esta negociación hasta que se aclare la situación y se libere a estas personas, afirmó Santos al finalizar la reunión con los negociadores, quienes desde el 2 de noviembre han estado en receso y consultas en Bogotá.

La única suspensión temporal del diálogo entre el gobierno y las FARC ocurrió en agosto de 2013 por diferencias acerca de si los acuerdos deberán ser sometidos a referendo, como pidió el gobierno, o llevados a una asamblea constituyente posterior a las negociaciones.

Es un secuestro inaceptable. Ya tenemos información que nos da la certeza de que fueron las FARC, puntualizó Santos, quien sorpresivamente se refirió a algunos pormenores de lo sucedido el domingo por la tarde.

En imagen de archivo, el brigadier general colombiano Rubén Alzate, secuestrado por las FARCFoto Ap

¿Por qué estaba el general Alzate de civil? ¿Por qué le dijo a sus escoltas que no lo acompañaran? ¿Por qué se desatendió la advertencia del lanchero para que no se fueran río abajo tan lejos?, preguntó Santos, que no obstante las dudas planteadas, responsabilizó a las FARC de la vida y la seguridad de los capturados y exigió su liberación cuanto antes.

El ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, dijo desconocer las razones personales o de inteligencia por las que no se siguieron los protocolos de seguridad para la protección del general, quien, precisó, fue sorprendido por hombres armados cuando desembarcó en Las Mercedes.

Al inicio de las negociaciones con el gobierno, hace dos años, –establecidos temporalmente en La Habana para las negociaciones– mantuvieron silencio y convocaron a una conferencia de prensa este martes por la mañana. Una fuente cercana a las negociaciones aseguró a la agencia francesa Afp, que los delegados de la insurgencia realmente ignoraban hasta este lunes qué había sucedido en Chocó.

Sin embargo, la agencia colombiana de noticias Anncol, que regularmente difunde noticias relacionadas con las FARC, puso en duda la veracidad de las circunstancias en las que Alzate fue detenido.

Es una sospechosa y poco clara entrega del militar, señaló Anncol en un despacho en el que se preguntó además si esta situación podría ser una trampa para hacer fracasar el proceso de paz.

El gobierno y las FARC han logrado acuerdos sobre tres de los cinco temas pactados para la negociación, relativos al desarrollo agrario (origen del conflicto en 1964), la participación política de los guerrilleros y el problema de las drogas ilícitas. El cuarto punto de la agenda (víctimas del conflicto armado) comenzó a discutirse el 15 de julio y sigue en curso. El quinto corresponde a la desmovilización de la fuerza insurgente.

El ex presidenteÁlvaro Uribe llamó a que se exija a las FARC el cese unilateral de las hostilidades, mientras la opositora Piedad Córdoba pidió un cese bilateral para garantizar la continuidad de las negociaciones de paz. A su vez, la Unión Europea pidió a los rebeldes que liberen de inmediato y sin condiciones a los tres secuestrados, para no poner en riesgo el diálogo pacificador.