Tlalnepantla, Méx.

Vecinos de San Juan Ixhuatepec aún recuerdan con dolor las explosiones ocurridas la madrugada del 19 de noviembre de 1984 en instalaciones de Petróleos Mexicanos (Pemex), que dejaron 324 muertos, 700 damnificados y 17 mil desplazados.

Aseguran que la corrupción de algunos alcaldes permitió que varias empresas invadieran el polígono de seguridad, por lo que el riesgo continúa.

Ese día se levantó la flama de gas, de un metro de altura, y en segundos se expandió por el suelo de San Juanico. Bolas de fuego caían del cielo y quemaban las casas, recordó Martha López Rodríguez, de 64 años de edad, quien sobrevivió junto con sus cuatro hijos.

Abrí la puerta de mi casa y nos entró el flamazo. Esperamos un rato y les dije a mis niños: ¡corran a la autopista!

En el jardín Hidalgo, feligreses de San Juanico preparan la ceremonia luctuosa para este miércoles. En ese lugar, conocido como la Plaza de los Muertos, y considerado el foco del estallido, amas de casa iniciaron el martes de la semana pasada un novenario.

Dice el padre que cada año viene menos gente a la ceremonia. Con la nueva cruz monumental de concreto se espera que tengamos presentes a las víctimas, dice Alejandra Juárez Fragoso, ama de casa que tenía 16 años cuando ocurrió el accidente.

Víctor González, ex diputado federal que encabezó asambleas para demandar la reconstrucción del poblado, señala que desde hace 30 años se ha pugnado por que se respete el polígono de seguridad aprobado por la Secretaría de Gobernación y se reubiquen gaseras, instalaciones de Pemex y negocios de alto riesgo.

Dicha área incluía una franja alrededor del poblado, la cual no se podría urbanizar. Sin embargo, expuso, la corrupción de algunos alcaldes de Tlalnepantla permitió que se aprobara la construcción de dos unidades habitacionales. Son más de 400 casas a unos metros de seis gaseras; además, se han establecido tiendas comerciales, una gasolinería y una fábrica de alcohol, expuso.