Ante la situación de la juventud en México y el caso de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, se debe dar un viraje en las inversiones de los programas para este sector y se deben focalizar, así como fortalecer las instituciones y los marcos legales a las necesidades de los jóvenes, sostuvo Marcela Suazo, directora para América Latina y el Caribe del Fondo de Población de Naciones Unidas.

El pleno ejercicio de los derechos humanos sigue siendo un sueño lejano para millones de jóvenes, las violaciones atroces son lo habitual para muchos, señala el reporte 2014 sobre el estado mundial de la población, denominado El poder de mil 800 millones: adolescentes, jóvenes y la transformación del futuro.

El documento que ayer se divulgó a escala mundial, y en México tuvo la presentación correspondiente para la región de América Latina y el Caribe, señala que las tasas de homicidio suelen ser mayores donde la proporción de jóvenes es más alta.

Tras la presentación del reporte, en entrevista, en la que se le preguntó sobre la situación de la juventud del país –ya que el documento no aporta datos específicos de México– y la desaparición de los normalistas, Suazo habló de las condiciones de vulnerabilidad de los jóvenes, no sólo son en México. En ocasiones, explicó, se ve a la juventud no como un espacio de generación ni de inversión, sino como un espacio que se preferiría que no tuviera participación.

El informe refiere que este sector de la población aún enfrenta carencias, como educación de calidad, no tienen acceso suficiente a anticonceptivos ni a la salud. La posibilidad que tienen los jóvenes de acceder a un trabajo decente sigue fuera de su alcance, las perspectivas de empleo son con frecuencia funestas, al no haber trabajo disponible o ser éste de poca calidad, con lo que la crisis mundial de desempleo juvenil se agrava, y 60 por ciento de los jóvenes en regiones en desarrollo no trabaja ni acude a la escuela.

En los países en desarrollo viven nueve de cada 10 personas de entre 10 y 24 años, precisó en su exposición Marcela Suazo. Dijo que cada año en la región –donde habitan 165 millones de jóvenes– se incorporan 10 millones de personas a la población económicamente activa, y ejemplificó que Asia en 2025, para alcanzar la tasa de empleo de 2005, deberá generar un millón de nuevas fuentes de trabajo cada año. Actualmente sólo uno de cada cuatro jóvenes tiene posibilidad de obtener beneficios cuando llegue el momento del retiro.

Sostuvo que aún se requiere fortalecer y ampliar la base educativa de calidad. Aseveró que no se alcanzará un desarrollo sostenible sin inversiones necesarias y sostenidas para que cada persona desarrolle su potencial en el marco de sus derechos.

Juan Carlos Lastiri, subsecretario de Planeación de la Secretaría de Desarrollo Social, dijo que el Estado debe dar posibilidades a los jóvenes para que se conviertan en agentes de cambio. Añadió que México es uno de los países más desiguales, no se puede transitar con estos indicadores.

Dijo que no se puede enfrentar pobreza e inseguridad con debilidad en las instituciones; para tener un país con paz todos tienen que participar. Educación e inclusión laboral evitará que los jóvenes se sumen a la delincuencia, apuntó.