Paola Espinosa no ceja en su empeño de buscar la perfección de sus clavados y ahora se prepara con más ahínco porque está decidida a conseguir el próximo año, en el Mundial de Kazán, el pase a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, en su búsqueda por la medalla individual que se le ha negado.

La clavadista regresó a los entrenamientos después de un receso que se tomó debido a malestares en la espalda, los que la dejaron fuera del selectivo para los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz 2014, pero dijo que con ese alivio físico me siento contenta, me ha ayudado en mi estado de ánimo para estar de nuevo en el deporte de sus amores.

La dos veces medallista olímpica en la prueba de sincronizados desborda entusiasmo y no lo oculta para lo se avecina el año entrante con selectivos, campeonatos nacionales y los mundiales de natación en Rusia.

Ante las cámaras y muy sonriente, Espinosa asegura sentirse mucho mejor y eso me llena de metas nuevas que quiero hacer en 2015. Primero, el Nacional y luego el Campeonato Mundial en el trampolín y la plataforma de 10 metros.

–¿Sirvió la pausa que hiciste al no ir a los Centroamericanos?

–Sí. Fue algo muy positivo para mí. Dejé una competencia y me habría encantado participar por mi país, pero a veces tenemos que hacer de lado algunas cosas para alcanzar otras.

No pasó por alto la actuación de sus jóvenes compañeras que se colgaron metales dorados para mantener la hegemonía de los clavados en el área regional.

“Lolita (Hernández), Gaby (Agúndez) y Alejandra (Estrella) lo hicieron excelentes, que bien por las mujeres, porque en los hombres no se pudo. Competir en casa, la presión, muchas cosas pasan, pero el nivel en México es cada vez más alto y lo vemos en cada selectivo”, señaló.

Paola Espinosa visitó ayer a los niños del Hospital Infantil de México Federico Gómez, con quienes que convivió y les obsequió juguetes como parte de la fundación que lleva su nombre junto con Por un Hogar AC, que recaudan fondos para la construcción de un albergue –para enfermos foráneos– y otro más para niñas.

Entre abrazos, besos o una foto del recuerdo de los pequeños, la clavadista dijo conmovida: Me llevo muchas enseñanzas de vida, verlos sonrientes, luchando por vivir, son muchos sentimientos encontrados.