Con el formato de cabaret para niños se presenta los domingos en el teatro-bar El Vicio
Por medio del humor y sin hostigamiento mostramos que no existe el bien y el mal absolutos, dice el director Andrés Carreño
El ambiente es a media luz y se incluye servicio de alimentos
Domingo 14 de diciembre de 2014, p. 8
No existe el bien y el mal absolutos y esta es la axiología de la verdad, expresó en entrevista el actor Andrés Carreño, al finalizar una de las funciones de la antipastorela cabaretera Diabluras navi- deñas, que se presenta los domingos, a las 12 horas, en el teatro-bar El Vicio, en Coyoacán.
Es cabaret para niños, el ambiente es con velas y el servicio de meseros ofrece jugos de frutas, café y refrescos, así como algo para almorzar. Todo a media luz.
El tono de la antipastorela es el de obras típicas cabareteras: cáustico, para desternillarse.
La sinopsis indica: “Porque l@s niñ@s también necesitan su dosis de cabaret, llega Diabluras navideñas, donde la niña Ángela, mejor conocida como Angelita, y el niño Lucio Fernando, a quien de cariño le dicen Lucy Fer, esperan el nacimiento de un nuevo niño en la colonia, quien se dice que traerá la salvación al barrio. ¿Será porque trae una torta bajo el brazo? Dicen que el niño será muy bueno y ayudará a todos…
“Diabluras navideñas es una anti pastorela de cabaret para niñas y niños que busca profundizar en el tema del bien y el mal. En todas las pastorelas el bien gana y el mal pierde, pero ¿es bueno siempre ser bueno? ¿Es bueno decir que sí a todo? ¿Es malo no seguir las reglas siempre? ¿Todo lo mal siempre está mal?”
Claros mensajes de respeto
Andrés Carreño y sus compañeros de la compañía Cabaret Misterio se han especializado en crear obras de cabaret para niños, con claros mensajes sobre el respeto y defensa de la diversidad de género, contra el bullying y la justa valía de la vida de los niños y niñas, de sus derechos.
“Este año fue de mucho trabajo y presentamos Gotitas de Cumbia, musical guapachoso; Manual para la carroña, paráfrasis del urbanismo y la moral de doble signo; Los vampiros vegetarianos, Ñeñe zombi…”
Además de que Andrés es jurado en el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca), en Chicago mostró el cabaret mexicano. “Algo que ha ayudado es que el grupo va aumentando y coopera muchísimo para desarrollar cada puesta en escena. Vamos creando un discurso. Están, por ejemplo, Brenda Castro, en el maquillaje; Félix Arrollo, en la escenografía; Mauricio, en el vestuario, y el cuerpo de actores. Esta pastorela estará en el Festival Luces de Invierno y en un foro de Guerrero.
“Esta obra regresará en enero de 2015. Es lo nuevo: el cabaret para niños en El Vicio. Las Reinas Chulas me dieron chance de usar el espacio y les estoy muy agradecido. Por lo menos vamos a estar los domingos. Ya estamos desarrollando un nuevo montaje, que se llama El lobo y la oveja.”
Es casi Navidad y Andrés recordó que cuando fue niño una de sus tías le regalaba cada año un súeter que, la verdad, no le gustaba. “Por eso en esta pastorela no narramos de manera lineal y cuestionamos qué son el bien y el mal, porque no siempre tienen las mismas consecuencias; es decir, una acción buena puede provocar algo malo, y viceversa. Esto es fundamental porque en los medios de comunicación, en general, se maneja una idea maniquea. Además, los conceptos de el bien y el mal son algo con los que los niños inmediatamente se conectan, porque todo el día se los están remarcando los papás. Cuando vamos un poco más allá sobre las consecuencias hay dudas y cada quien decide. En las telenovelas el manejo es bien bien y mal mal.
Los niños padecen que no los aleccionamos en este tema con objetividad. Aquí los seducimos por medio del humor y no los hostigamos. Ahora hay niños que usan aplicaciones en el celular y son miembros de Greenpeace, y a nosotros nos tocó otra historia. Si la globalización la tomamos bien está perfecto. Aquí los papás toman conciencia sobre si se están pasando con sus hijos; quizá le bajen a la presión. La idea es que quienes vengan a El Vicio encuentren obras de vanguardia.
Se sinceró al decir que no le gustan las pastorelas: “Le busqué y le busqué. Eso de que el bien es el bien siempre, nada más no. Eso es rígido y hay una persona, una, que nos va a salvar y los demás no podemos hacer nada. En las pastorelas tradicionales hay maniqueísmo. Aquí le variamos desde el vestuario y el personaje del niño viaja de una colonia a otra y viaja en Metro. Todos se ríen, hasta los papás. Aquí pueden comer, sentarse de manera diferente, no como en teatros donde les prohíben comer. Aquí pueden hablar, expresarse, comentar con el de al lado.
De aquí van a salir los futuros cabareteros.
Diabluras navideñas: autoría y dirección de Andrés Carreño; música: Yurief Nieves. En el teatro-bar El Vicio, ubicado en la calle Madrid 13, delegación Coyoacán, a las 12 horas, con un costo de entrada de $120 adultos y $60 para niños.