Lo que está sucediendo con el Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (Ifai) con el despido masivo de empleados y el aumento de salarios y prestaciones de los comisionados duele doble, porque hoy la probidad de los comisionados, cuyo nombramiento estuvo acompañado por la sociedad civil, está en duda, manifestó Ricardo Luévano, oficial adjunto del área de Derecho a la Información, de la organización Artículo 19.

No sólo lo dice Artículo 19. Lo afirman muchos otros, porque además se empieza a perder la gran oportunidad de construir un órgano de transparencia que fuera legítimo, cercano a la ciudadanía, todo lo que la sociedad se planteó apenas el año pasado, apuntó.

Recordó que nunca en la historia del país se había llevado a cabo un proceso de selección de los mejores perfiles con un grupo de acompañamiento técnico, lamentablemente ensuciado al final por el Partido Revolucionario Institucional, al colocar como séptimo comisionado a Rosendoevgueni Monterrey Chapov, quien fue presidente del Instituto de Transparencia y Acceso a la Información Pública en el estado de México, durante el gobierno de Enrique Peña Nieto.

Lamentó que la casa de la transparencia haya violado directamente la Ley del Servicio Profesional de Carrera. Creen que lo pueden todo. ¿Cómo decidieron sacar a 145 empleados? Es una cantidad increíble. Cierto que el Ifai tiene su propio estatuto de servicio profesional de carrera, pero deben tomar los principios de la Ley de la Administración Pública Federal y no violar los derechos de los trabajadores, a quienes les dieron un trato humillante.

En entrevista con La Jornada, Ricardo Luévano sostuvo que las designaciones de los servidores públicos son las cajas chicas de los favores de comisionados, consejeros y magistrados. Ahí es donde se depositan los favores, los apoyos en forma de recursos humanos, al referir la contratación masiva de trabajadores del Ifai sin un proceso de selección transparente.

La clase política los aprueba con un examen universal, que es el ritual del servilismo. Tú me sirves y te coloco en un lugar de confianza. Eso es, dijo, lo que ha sucedido en el Ifai, en cuyo estatuto de servicio profesional de carrera se controla o se define la planeación, gestión y administración de todo lo que significa ingreso, movilidad, aprendizaje, estímulos y, obviamente, las causas de la separación. Esto es lo que resulta indignante, no porque digamos que sean los mejores perfiles, sino porque por eso existe una ley que, de inicio, el mismo Ifai está violando, apuntó.