El secretario de Obras y Servicios, Alfredo Hernández García, rechazó que las obras de rehabilitación de la línea 12 del Metro vayan a durar más de dos años y se contemple la sustitución de los trenes de rodadura férrea por neumática, como planteó el martes el secretario de la comisión investigadora de la Cámara de Diputados, Jorge Sotomayor.

Técnicamente es imposible, por las diferencias en los bogies de los trenes y sistemas de alimentación, pues mientras las líneas 12 y A cuentan con catenaria, el resto tiene una barra guía energizada, y los convoyes de la línea dorada son más anchos y en ningún momento se ha tocado esta posibilidad con el legislador, como señaló durante un recorrido con vecinos.

El pago de las indemnizaciones por daños a inmuebles corresponde al Proyecto Metro y al consorcio contructor, dijo, y precisó que la Secretaría de Obras está enfocada a realizar los trabajos propuestos por la empresa Systra, a fin de reabrir lo antes posible, pero con total seguridad, el viaducto elevado, que implicará levantar rieles y vías, con pórticos formados por gatos hidráulicos, señaló.

Se trata, dijo, de un trabajo muy complejo, pues se cortarán tramos de 110 a 120 metros de longitud para levantarlos y retirar el balasto, encargado de distribuir el peso del tren, a fin de recibir las nuevas vías, lo cual implicará también quitar señalizaciones y el sistema de pilotaje automático, que luego deberá colocarse con total precisión, lo cual se hará con el apoyo del Sistema de Transporte Colectivo.

Por su parte, comerciantes establecidos exigieron a la Cámara de Diputados dar a conocer los nombres de los reponsables de las fallas en la línea 12 para que se actúe contra ellos penal y económicamente, pues tendrá que rehacerse la mayor parte del tendido de rieles, con un costo de varios cientos de millones de pesos, que nuevamente pagaran todos los capitalinos.

En los 10 meses que han estado fuera de servicio 11 estaciones, además se ha afectado a miles de personas que no pueden utilizar ese transporte público; se ha tenido que rentar camiones y realizar varios estudios técnicos con un costo alto, convirtiéndose en el mayor quebranto de la ciudad, afirmó Guillermo Gazal, presidente de Procéntrhico.