El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, explicó ante el pleno de la Comisión Permanente del Congreso que en las negociaciones para lograr la solución del conflicto armado que enfrenta su país desde hace medio siglo se ha puesto en el centro a las víctimas, para las que se busca una justicia transicional, volcada en el derecho a la verdad de las familias afectadas por la violencia y la guerra.

Muchas de las víctimas lo único que quieren es que se les diga la verdad, que se les diga dónde están enterrados sus hijos, sus padres, o que les pidan perdón, que les digan simplemente por qué lo hicieron, por qué los mataron, indicó.

Con alfombra roja desde la entrada principal del Senado hasta el salón de sesiones y durante un acto solemne de la Comisión Permanente, convocada para recibirlo, Santos agregó que es uno de los puntos que falta por resolver para cerrar las negociaciones con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Es, insistió, un punto complejo, difícil, pero fundamental si queremos la paz. Explicó que se reparó el daño a 500 mil víctimas, lo que no se ha logrado en ningún otro país en un tiempo tan corto, pero les falta mucho camino por recorrer, porque en total son más de 6 millones de colombianos los que padecieron los efectos de los conflictos armados, de la violencia provocada por la guerrilla o por el narcotráfico.

La justicia transicional, insistió, consagra también el derecho de las víctimas a la reparación del daño y a que no vuelva a repetirse la violencia en su contra. Resaltó que la reparación sólo puede ser simbólica, porque ¿cuánto vale un hijo o un padre?

Desde la tribuna del Poder Legislativo, el presidente de Colombia compartió que el otro punto que aún falta resolver con las FARC es el desarme y la reintegración de los guerrilleros a la vida civil. Soy optimista, aunque sé que es lo más difícil de acordar. Resaltó que algo muy importante que ya se negoció y consensó, algo que a México le concierne, es que las FARC dejarán todo vínculo con el narcotráfico y comenzarán a negociar con el Estado colombiano para sustituir los cultivos ilícitos y destruir los laboratorios y los corredores de exportación de las drogas.

Paralelamente a los acuerdos de paz, recalcó el presidente Santos, su gobierno trabaja en la restitución de la tierra a los campesinos que han sido desplazados por los fusiles, por ese conflicto armado que por más 50 años ha desangrado a los colombianos.

En su discurso aludió también a la amistad qure tuvo con el escritor Carlos Fuentes, al libro de éste La silla del águila, donde lo hace presidente de Colombia en 2020, y se refirió a la necesidad del trabajo armónico entre los tres poderes. Parafraseó a Roosevelt al señalar que los tres poderes de una nación “son como tres bueyes que jalan un arado y sólo si jalan al mismo tiempo y a la misma velocidad, el trabajo se hará bien.

Por su parte, el presidente de la Comisión Permanente, el perredista Miguel Barbosa, resaltó que México siempre ha tenido un compromiso indeclinable con la paz y el desarme, y expresó a Santos el respaldo y reconocimiento del Congreso mexicano por la extraordinaria y valiente labor de pacificación y reconciliación que lleva a cabo en Colombia.

Acto salvaje del ELN

De acuerdo con la agencia Afp, durante una entrevista televisiva Santos calificó de acto salvaje el hecho de que la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) haya mostrado la pierna amputada de un militar, pero afirmó que sigue en disposición a negociar la paz con este otro grupo rebelde.

Ayer veía cómo a un soldado le volaron las piernas en un acto salvaje, en donde el ELN mostró una de las extremidades como trofeo. Yo dije, esa es la guerra que quiero terminar.