Ocupan menos puestos de perfil profesional y técnico
Lunes 11 de mayo de 2015, p. 32
Pese a que el promedio de escolaridad de las mujeres supera al de los hombres, en la fuerza laboral son minoría en los puestos de perfil profesional y técnico pero, sobre todo, en aquellos en que se ejerce supervisión y coordinación de otros trabajadores.
Según datos oficiales, la participación de las mujeres en las distintas ocupaciones muestra una amplia variación. Entre quienes se dedican al servicio doméstico remunerado representan 90 por ciento; 61 por ciento de los trabajadores de la educación y 60 por ciento de vendedores ambulantes y trabajadores ambulantes en servicios.
Por otra parte, son 41 por ciento de los profesionistas; 40 de quienes tienen ocupaciones técnicas y 39 por ciento de quienes ocupaciones centradas en la supervisión y coordinación de trabajadores manuales.
Pero cuando se trata de otras posiciones jerárquicas, su participación desciende incluso por debajo de la proporción que representan en la ocupación total; por ejemplo, 34 por ciento de funcionarios y directivos en el país son mujeres.
Además, de 52.1 millones que constituyen la fuerza laboral activa del país –32.4 millones hombres y 19.7 mujeres– que reporta el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), entre quienes perciben el equivalente a cinco o más salarios mínimos las mujeres sólo son 29 por ciento del total.
Analizando cada ocupación por separado, su participación entre quienes se sitúan en este rango de ingresos nunca es proporcional a su participación en el oficio, esto es, su porcentaje en el nivel de percepción de cinco o más salarios mínimos siempre es inferior al de su presencia en el oficio en cuestión.
En cuanto al promedio de horas trabajadas a la semana de la población masculina con respecto a la femenina, a mediados de 2014 el promedio semanal para la población masculina supera 45 horas; el de las mujeres no llega a sumar 37.
Sin embargo, estos datos son una visión parcial del nivel de actividad, porque la reducen al ámbito del mercado laboral. A partir de octubre de 2013, la Organización Internacional de Trabajo considera también los quehaceres en el propio hogar como trabajo, si bien a quienes sólo se dedican a ello no se les considera parte del empleo o de la ocupación.
De este modo, si se utiliza el concepto amplio de trabajo (laboral y quehaceres en el propio hogar), se tiene un panorama distinto.