Cuernavaca, Mor.

La Caravana nacional por la defensa del agua, el territorio, el trabajo y la vida, organizada por indígenas yaquis de Sonora, arribó ayer al ejido San Pedro Apatlaco, municipio de Ayala. Allí la esperaban representantes de pueblos y organizaciones de Morelos, Puebla, Tlaxcala y el Distrito Federal, con quienes iniciaron un análisis para adecuar a los tiempos actuales el Plan de Ayala, lanzado en 1911 por Emiliano Zapata.

Representantes de los pueblos que se oponen al Proyecto Integral Morelos y autoridades tradicionales de la nación yaqui consideraron que el Plan de Ayala debe ser retomado porque es un referente en los tiempos difíciles que viven los pueblos originarios en México ante la imposición de megaproyectos por autoridades federales, estatales y municipales.

Activistas del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, Agua y el Aire comentaron que, en términos generales, el Plan de Ayala sigue siendo un documento que unifica a los pueblos originarios del país y todas las luchas dignas por la vida, el agua, la tierra y el trabajo. Los participantes instalaron cuatro mesas de trabajo donde comenzaron a analizar el documento.

En el campamento de San Pedro Apatlaco, los campesinos de esa comunidad mantienen un plantón desde el 19 de marzo, frente a las obras del acueducto con el cual se pretende llevar el agua del río Cuautla a las turbinas de dos termoeléctricas que se construyen en Huexca.

Por la noche, la caravana yaqui, encabezada por Tomas Rojo, se trasladó al poblado de Huexca, municipio de Yecapixtla, donde la Comisión Federal de Electricidad construye las dos termoeléctricas del Proyecto Integral Morelos.

La caravana pernoctará en Amilcingo, municipio de Temoac, por donde pasa el gasoducto. Por la mañana se trasladará a la delegación Xochimilco, en el Distrito Federal, donde se encontrará con los contingentes provenientes de Vícam, Sonora, Pijijiapan, Chiapas, y Piedras Negras, Coahuila.

Los tres contingentes tienen programado confluir el 22 de mayo en la Plaza de la Constitución de la ciudad de México, donde se prevé que emitan un manifiesto de los pueblos originarios basado en el Plan de Ayala, a fin de rechazar los megaproyectos que acabarán con la vida campesina del país y para demandar que las autoridades no sigan sirviendo a empresas transnacionales.