Soslaya reciente escándalo sobre amaños
Viernes 22 de mayo de 2015, p. 27
Madrid.
El grupo español de construcción OHL confirmó hoy su interés por el proyecto de construcción del nuevo aeropuerto de la ciudad de México, al tiempo que se defendió tras el escándalo surgido por presuntas presiones de la compañía al gobierno del Estado de México.
El presidente de OHL, Juan Miguel Villar Mir, confirmó este jueves en Madrid que la compañía está interesada en participar en el mayor proyecto de infraestructura en los últimos años en México, en el que se espera una inversión de 8 mil 200 millones de euros, y que saldrá a concurso público en el primer semestre de 2016.
En el proyecto participarán arquitectos estrellas como el británico Norman Foster y el mexicano Fernando Romero, yerno del empresario mexicano Carlos Slim, que también está interesado en las obras del aeropuerto, con capacidad para el tránsito de 50 millones de pasajeros al año en un primer momento y de 120 millones a largo plazo.
Villar Mir aseguró que su empresa aún no ha constituido un consorcio para pujar por la licitación, que también buscan empresas como Ferrovial y otros consorcios de China. Entre otros motivos, a OHL le interesa el proyecto porque se espera que implique un aumento del tránsito en el Circuito Exterior Mexiquense, una autopista que tiene en concesión y que recorre gran parte del estado de México.
La noticia se conoce en medio de la polémica surgida a comienzos de mayo al difundirse en YouTube conversaciones telefónicas de directivos de la compañía que presuntamente intentaban presionar al gobierno del estado de México para subir el precio del peaje del Viaducto Bicentenario.
El objetivo era cobrar por adelantado la construcción de las siguientes fases de la autopista. La difusión de la grabación provocó un desplome de la cotización de la firma en las bolsas de Madrid y de la ciudad de México y la renuncia de Pablo Wallentin, uno de los directivos de OHL México involucrados, así como del secretario de Comunicaciones del estado de México, Apolinar Mena, pese a que la compañía defendió en todo momento la legalidad de sus acciones.