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Necesario, que reciban ayuda sicosocial, asegura la CEAV

Víctimas de desaparición y de la violencia, carentes de atención
 
Periódico La Jornada
Domingo 24 de mayo de 2015, p. 7

Una víctima directa o indirecta de desaparición vive una agonía dolorosa y soledad angustiosa. Esta condición le coloca frente a la impunidad, el terror, el miedo, la mentira, la incertidumbre, la tortura y el olvido.

Ante ello, debe recibir un tratamiento profesional, integral y especializado, pero sobre todo elementos para la búsqueda de la verdad, con el fin de que pueda empezar a restablecer su vida.

Lo anterior se advierte en el Modelo de atención integral en salud para víctimas del delito, elaborado por la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV). Una de las disposiciones que incluye es garantizar que todas las unidades médicas del sector salud otorguen o remitan a las víctimas a servicios de sicología.

El organismo clasificó los distintos tipos de violencia en un país donde, admite, los sistemas de salud tienen amplias carencias para la atención inmediata y de tratamiento sicosocial a los afectados por la inseguridad, la violencia y la impunidad.

La sobredemanda de atención ha generado saturación en áreas de urgencia y consulta externa en el sistema público de salud. Además, no existe una coordinación vinculatoria interinstitucional que brinde a las víctimas del delito y de violaciones a derechos humanos un esquema integral que les permita, a corto plazo, su recuperación e integración social, se indica en el texto.

En este punto destaca el tema de los desaparecidos. Según la estadística compilada por la Secretaría de Gobernación, actualmente hay poco más de 25 mil casos de personas no localizadas.

La CEAV hace referencia a las personas víctimas de desaparición, tanto por acciones de agentes del Estado como de particulares.

Los efectos de la desaparición forzada perduran hasta que se resuelve la suerte o paradero de las personas, prolongando y ampliando el sufrimiento que se causa a familiares o allegados, quienes por tener esa relación con la víctima directa se convierten en víctimas indirectas, en quienes debe centrarse la atención a través de este modelo de atención integral de salud, se indica.

Las víctimas indirectas también requieren atención especializada por la separación súbita e inesperada de un ser querido.

La reacción ante ello suele definirse como duelo, proceso en el cual los familiares padecen además el olvido, el ocultamiento o el encubrimiento del victimario.

En 2013 hubo en México 21.6 millones de víctimas (según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre la Seguridad Pública).

En tanto, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos recibió durante ese mismo periodo 45 mil 972 quejas, la mayor parte de contra los sistemas penitenciario y de salud.

En este último caso las quejas son por no proporcionar atención médica, obstaculizar o negar las prestaciones de seguridad social, negligencia médica y omitir el suministro de fármacos.

El modelo plantea varias estrategias para los afectados con el objetivo de evitar la revictimización: atención sicosocial (aquí destaca asegurar que sean atendidos en los servicios de salud públicos); elaborar guías y protocolos de acción; capacitación a los servidores públicos y, en especial, aplicar un enfoque diferencial y especializado a las víctimas.