Ilustró el libro El motel de los antojos prohibidos, escrito por Verónica Maza
La autora propone un mapa de las parafilias, que las hay divertidas, inofensivas, de común acuerdo, e insanas; la pedofilia, de esa prescindimos, dice el caricaturista a La Jornada
Miércoles 27 de mayo de 2015, p. 5
El sexo está en todas partes: cine, libros, Internet, televisión. Sin embargo, todavía es tabú y seguimos siendo una sociedad sin educación sexual, señala Antonio Helguera (DF, 1965), quien ilustró el libro El motel de los antojos prohibidos, escrito por la sexóloga Verónica Maza, en el que se ofrece un pequeño mapa de manifestaciones eróticas llamadas parafilias (desviaciones).
“Verónica tiene un tono súper desparpajado, habla del tema del sexo como quien habla de café: sin ninguna bronca. Propuso el tema de parafilias, que las hay divertidas, inofensivas, de común acuerdo, etcétera, pero también las hay insanas.
“La más famosa, creo, es la pedofilia –que practican nuestros queridos curas con tanto entusiasmo–; de esa prescindimos, porque no se trataba de entrar en terrenos escabrosos, pues la idea más bien era hablar de sexo y derivaciones de los gustos y gozos sexuales con divertimento, con desparpajo, con humor, y sacarlo del clóset”, señala el caricaturista de La Jornada en entrevista.
Es cierto que el sexo está en todos lados, pero no explicado. Aquí hay una explicación de qué es una parafilia, en el libro seleccionamos 21, muchas de las cuales son muy poco conocidas. Por ejemplo, la de excitación con las plantas: eso es muy loco
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Hablar de sexo, un desafío
Una de las manifestaciones de que aún somos un país sin educación sexual es el embarazo en adolescentes, precisa Helguera, además de que tenemos mucho esa represión católica. Nos hemos sacudido muchas cosas, pero esa represión no. El sexo sigue en el cajón de lo fuchi, lo sucio y lo secreto, y veo este libro como una intención de hablar de todas esas cosas
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En El motel..., publicado por Grijalbo, no hay descripciones acartonadas, y la autora hace referencia tanto a textos de especialistas como literarios. Cada uno de los capítulos lleva una ilustración de Helguera. Un poco de ilustración erótica, que en nuestro país no es muy común.
Las parafilias, añade, “son gustos peculiares de gente normal y ya. Ahora el chiste también para mí fue ilustrarlos sin hacer cosas pornográficas y morbosas, que la tentación también es mucha, pero si haces eso ya es otro tipo de libro y ese no es el sentido. Me tuve que ir con las ilustraciones así sobre la línea sin caer en guarradas y tratando de hacer humor de eso, lo que no es fácil.
“En otros países hay mucha caricatura erótica, es muy normal, muy común. En Argentina, por ejemplo la caricatura erótica es muy normal, como nuestros cartones en los periódicos, pero aquí en México la caricatura erótica prácticamente no existe. Antes de hacer este libro estuve buscando referencias y la única que encontré que me llamaba la atención para esto, era un calendario que hizo Naranjo, que se llamaba el PorNaranjo, de caricatura erótica a principios de los años 60 o 70” del siglo pasado.
La caricatura erótica es muy divertida, pero no sé si haya público para ese tipo de dibujos. La caricatura política en México sí tiene mucho público, pero no sé si quieran ver la de carácter erótico. Esos cartones de Naranjo eran sensacionales
, aunque al hacer caricatura erótica también se hace política.
Finalmente, hablar de sexo en una sociedad como ésta, es un desafío. Desafías a una moral todavía imperante, muy restrictiva, represiva, enfermiza, y en la que vivimos todos inmersos.
En la página 68 del libro aparece una ilustración: la evolución del hombre desde el simio hasta el Homo Parafilius. “Al final de cuentas el homo sapiens es el único animal que juega con su sexualidad, no es nada más una cosa reproductiva, sino que tiene la capacidad de disfrutarlo, jugar e inventar cosas con eso. Es el chiste de la sexualidad humana y que luego en lugar de verlo como un gozo se ve como algo culposo. El tema de la culpa es lo más grueso alrededor del sexo, es la manera más fea de echarlo a perder, y es con lo que más eficaz ha sido la Iglesia.
La represión de la sexualidad sí deriva en cosas feas como le pasa a los propios curas, que reprimen su sexualidad y acaban haciendo barbaridades
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El motel de los antojos prohibidos será presentado el 4 de junio a las 20 horas en la terraza del hotel Howard Johnson Alameda (Revillagigedo 23, Centro).