La presidenta de Brasil asistió a una sesión solemne en la Comisión Permanente
Jueves 28 de mayo de 2015, p. 4
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, planteó ayer ante el Congreso la construcción de una economía fundada en la inclusión social y sugirió fortalecer la cooperación con México frente a la adversa coyuntura económica internacional.
‘‘Si nuestra cooperación comercial en inversiones, cultura, ciencia y educación ya era necesaria antes, ahora se hace preminente’’, dijo en un discurso durante la sesión solemne convocada por la Comisión Permanente del Congreso de la Unión.
Después de que ella y el presidente Enrique Peña Nieto acordaron la ampliación de los acuerdos de Cooperación y Facilitación y de Complementación Económica 45 (AC53), sostuvo que México y Brasil ‘‘tenemos mucho que ganar con este acercamiento’’.
En su exposición ante diputados y senadores definió que el principal reto de los proyectos nacionales de ambos países debe ser el combate a la desigualdad, la ampliación de la educación, salud y seguridad, pero también su calidad.
Citó que aquellos acuerdos son parte de una negociación más amplia, estratégica, que permita dotar a ambas economías de más ingresos, empleo, bienestar, capacidad de innovación y competitividad, ‘‘todas condiciones imprescindibles para la reducción de la desigualdad en nuestras poblaciones’’.
Refirió que en los años recientes, Brasil ‘‘hizo un enorme esfuerzo’’ y sacó de la pobreza a 36 millones de brasileños, que ahora forman parte de la clase media, sector que se compone actualmente de 44 millones, esto es, 52 por ciento de la población de su país.
‘‘Por experiencia propia, sabemos que superar la miseria es solamente el principio de derechos más complejos y por eso más necesarios’’, indicó.
Dilma Rousseff ponderó el hecho de que la alianza entre los dos países no es de ahora y dijo que México estuvo a la vanguardia del cambio histórico en América Latina desde la Revolución de 1910, el abrigo que se dio a refugiados de Europa y del sur del continente que huían de la muerte, la prisión y la tortura en la década de los 30.
Incluso citó la posición de México de dar cabida al Tratado de Tlatelolco, que garantizó a Latinoamérica ser zona libre de armas nucleares; la gestación del Grupo Contadora… Además, expuso, las economías de ambos países han demostrado que más que competidoras son complementarias y el comercio bilateral, en la década reciente, prácticamente se duplicó.
‘‘El estrechamiento de las relaciones México-Brasil es positivo para los dos países, pero también para toda la región, especialmente en el contexto de desaceleración económica mundial. Por ello tenemos la obligación, el deber con nosotros mismos y nuestros descendientes, de avanzar’’, expuso la mandataria.
Antes, el presidente de la mesa directiva de la Comisión Permanente, Miguel Barbosa Huerta (PRD), consideró que al constituirse en los motores económicos de Latinoamérica, ambas naciones ‘‘deben hacer a un lado las rivalidades regionales’’.
El senador perredista evaluó que los dos países ‘‘no debemos desgastarnos en construir fronteras artificiales en materia económica o comercial’’, sino sumar esfuerzos en sus relaciones con otras naciones. ‘‘Comprendamos de una vez: somos aliados, no adversarios’’, señaló.
Al cierre de la sesión, diputados y senadores, entre ellos Manuel Añorve (PRI), Mariana Gómez del Campo (PAN) y Zoé Robledo (PRD), se acercaron a Rousseff para tomarse selfies con ella.
El adiós
La tarde de ayer la presidenta Dilma Rousseff concluyó su visita de Estado a México, la cual tuvo el objetivo de reforzar y profundizar los vínculos bilaterales. Fuentes del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) señalaron que el avión de la mandataria despegó alrededor de las 13:30 horas.
Por su parte, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) informó en un comunicado que Brasil y México ‘‘inauguran una etapa de profundización de la relación bilateral en una amplia variedad de temas que resultarán en proyectos concretos en beneficio de la creación de empleos, la educación y la generación de oportunidades en ambos países’’.
En el Hangar Presidencial, la jefa de Estado fue despedida por el canciller José Antonio Meade.
Como parte de su agenda oficial, Rousseff se reunió con el presidente Enrique Peña Nieto, asistió a una sesión solemne de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión y a un foro empresarial y de negocios.
(César Arellano García)