Debido a los bajos precios ofrecidos por Impulsora Agrícola, productores de cebada del Bajío y del Altiplano dejaron de sembrar 80 mil hectáreas, por lo que la existencia del cultivo cayó drásticamente.

De acuerdo con Juan Hernández Moreno, representante no gubernamental del sistema producto cebada, la falta de interés de los industriales por acordar con los productores precios de por lo menos 4 mil 500 pesos en lugar de 3 mil 700 que ofrecen por tonelada, llevaron a los campesinos a cambiar el cultivo por trigo, ya que esa cantidad de dinero no cubre el costo de producción de 20 mil pesos por hectárea, con un rendimiento de 6 mil kilos, explicó.

Además, los industriales importaron cebada –procedente de Francia, principalmente– durante la temporada de cosecha. Ellos prefieren pagar 5 mil 500 pesos por tonelada importada que favorecer a los agricultores mexicanos, agregó.

La industria, comentó, requiere un millón 200 mil toneladas anuales, y la producción nacional está entre 600 y 700 mil toneladas.

Según datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), la producción de la gramínea cayó 42 por ciento en 2013 en comparación a 2012, al producirse sólo 594 mil toneladas; el año pasado se obtuvieron 725 mil, volumen cercano al de 2002; para este año se calcula llegar a 800 mil. El 92 por ciento de la producción se concentra en Hidalgo, Tlaxcala, Guanajuato, estado de México y Puebla.

Con el fin de incrementar la producción, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) impulsará un programa de planificación del cereal; en Zacatecas pretende pasar de 17 mil a 50 mil hectáreas sembradas, y promoverá el cultivo en Chihuahua para satisfacer la demanda de la industria cervecera.

Para que los campesinos retornen a la siembra de la gramínea –la superficie sembrada es de sólo 320 mil hectáreas, cayó 14 por ciento en la pasada década–, la industria debe mejorar los precios y Sagarpa apoyarlos más en las negociaciones con los empresarios para que tengan certidumbre en el pago de los precios, abundó Hernández Moreno.

Advirtió que si las condiciones climatológicas son adversas en el Altiplano durante el actual periodo de siembra de temporal, habrá una caída de unas 250 mil toneladas en la producción.

Hace dos años, el país erogó 22 millones de dólares por la importación de 67 mil toneladas; no ha logrado un equilibrio en la balanza comercial, asentó.