Con al menos 7 millones de jóvenes que no estudian ni trabajan (denominados ninis), México carece de políticas públicas para atender este fenómeno que representa un problema estructural, afirmó Alfredo Nateras Domíguez.

El experto en temas de juventud destacó que una de las característica de ser joven en nuestro país y en América Latina es la precariedad y vulnerabilidad no sólo económica. Ser parte de este grupo etario representa un riesgo elevado de morir por el simple hecho de ser joven.

Alertó que este sector de la población vive la violencia tanto en el espacio público como el privado. Tan sólo en el hogar se detectó que 60 por ciento son testigos de hechos violentos, mientras cuatro de cada 10 la padecen.

En entrevista con La Jornada, detalló que la falta de oportunidades para que miles de jóvenes continúen con su educación y accedan al mercado laboral no ha cambiado.

Las acciones esporádicas que se implementan para atender estas necesidades son programas que duran mientras se mantiene un determinado gobierno, pero no hay una política de Estado.

El Instituto Mexicano de la Juventud, órgano rector de la política de gobierno para esta población, está encaminado, consideró, a favorecer a jóvenes integrados y de clase media. Sus acciones no reflejan ni toman en cuenta la enorme diversidad que existe en la condición juvenil. Hay una gran ausencia, en particular de quienes enfrentan mayores condiciones de precariedad.

Nateras Domínguez, profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, subrayó que el Estado mantiene políticas asistencialistas, al considerar que se trata de una población que enfrenta carencias.

La OCDE presentó un informe en el que destaca que en las 34 naciones que la integran hay 39 millones de jóvenes que no estudian ni trabajan. México se ubica entre los cinco países con mayor porcentaje de población de 16 a 29 años en esta condición.

Cabe recordar que incluso el porcentaje de jóvenes que en México enfrentan una condición de ninis ha sido motivo de debate. En 2010, hubo un diferendo entre el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, José Narro, quien sostenía que eran más de 7 millones de jóvenes –cifra que se ha incrementado en años recientes–, mientras las secretarías de Gobernación y de Educación Pública señalaban, en agosto de ese año, que sólo eran 285 mil.

Nateras Domínguez enfatizó que ante un Estado ausente que abandonó a sus juventudes, se propicia la aparición de otros actores, incluida la delincuencia organizada, que frente a la incapacidad de garantizar la seguridad social se convierten en modelos identitarios para algunos jóvenes.