Tepic, Nay.

Conseguir alimento se volvió difícil en comunidades de la sierra nayarita y desde hace tres años 30 familias coras y huicholes llegaron a esta ciudad y construyeron sus chozas bajo árboles de la plaza Mololoa, o del Músico, donde sobreviven.

Braulio Muñoz Cayetano, líder de estas familias, señaló que aun en la ciudad enfrentan una situación difícil, pues las casas son débiles, nosotros quisiéramos que las autoridades voltearan a vernos.

En la plaza se aprecian reducidas casas hechas con tablas y palma, otras con bolsas negras y unas más con láminas; a un lado una fuente abandonada, con agua de lluvia, donde juegan los niños indígenas.

El también vocero de este grupo señala que a ellos les gustaría vivir en otro lugar, de preferencia cerca de la plaza, ya que ahí instalan sus puestos de artesanías, hechas de chaquira y canutillo, principalmente, además de que bajo una carpa han reproducido una cocina tradicional cora y venden alimentos, incluidas tortillas hechas a mano.

Muñoz Cayetano dijo que su petición principal es vivienda digna y locales para instalarse sin riesgo por las lluvias.

La zona está rodeada de puestos ambulantes y paradas de camiones. De ahí surgen clientes para los indígenas, quienes ofrecen el servicio del curandero o marakame para aliviar dolores de cabeza, de espalda o de otra parte del cuerpo a cambio de una cooperación voluntaria.

La mayor dificultad que enfrentan los indígenas es cuando requieren atención médica mayor. Refieren que acuden a hospitales públicos, pero muchos no hablan español o los medicamentos son de alto costo y no los pueden solventar.

Sus necesidades fisiológicas las realizan en un mercado cercano a una pequeña central camionera que hay frente a este lugar público.

Braulio Muñoz mencionó que aun cuando se han acoplado a la ciudad, extrañan sus localidades donde no hay tanto ruido y te-nían baño. Lo que les agrada es que haya centros educativos cerca de la plaza donde envían a los menores a estudiar.