No puede criticarse como un asunto específico de México que los políticos utilicen a los deportistas y sus logros para lucimiento propio, porque eso se hace en todo el mundo. De allí que países como China inviertan mucho en esta actividad, porque así demuestran su poderío, comentó la doctorante Ana Laura de la Torre al término de la presentación de su libro El Olimpismo en México: Ideales Resucitados en Discursos Múltiples, 1896-1924.

La investigadora de El Colegio de México (Colmex) expuso que puede ser criticable el oportunismo de algunos gobiernos que no apoyan al atleta y que cuando obtiene un triunfo, entonces se cuelgan la victoria, o que no se tengan las políticas adecuadas para la promoción de las actividades deportivas.

Destacó que en su texto se descubre que el olimpismo se empieza a gestar desde la época de Porfirio Díaz, pero que no es promovido por el Comité Olímpico Internacional, sino por grupos extranjeros y religiosos que organizaban competencias atléticas llamadas juegos olímpicos, practicadas por las clases altas, a las que llamaban ociosas.

De la Torre descubrió que eran grupos en pugna los que promovían este tipo de actividades, ya que por un lado estaban las juventudes católicas, pero por el otro protestantes, organizaciones extranjeras y la nueva élite en el poder.

Aunque la creación del Comité Olímpico Mexicano se dio en 1923, surgió en medio de muchos intereses políticos, religiosos y sociales en pugna, por el afán de quedarse con un movimiento internacional que todos querían encabezar.

Explicó que fue hasta después de los Juegos Olímpicos de Berlín (1936) cuando quedó claro el modelo de competencia y la cultura física. En ese momento los países determinaron que podían competir por ser superiores, hasta llegar a la actualidad, en que el movimiento olímpico es un poco aristocratizante.

Al referirse a la percepción que se tiene de los medallistas olímpicos, mencionó que una de las mejores visiones del padre del olimpismo moderno, Pierre de Coubertin, fue darse cuenta de que los logros de los seres humanos tienen un amplio impacto en la gente: es un héroe de carne y hueso, a diferencia de los anteriores, que eran santos, seres perfectos.

La investigadora también concluye que en México empieza a promoverse el deporte porque al atleta nacional se le consideraba débil y pusilámine, por lo que se trata de fortalecer esos cuerpos para hacerlos competitivos.