Milpa gráfica se suma a la cruzada de Francisco Toledo contra las semillas transgénicas
El artista Demián Flores se acerca a esa lucha mediante un proyecto creado por una colectividad
Es necesario tener una presencia respecto de nuestros valores naturales, expresa a La Jornada
nuestro propio alimento, se trata de que nos demos cuenta de lo que pueda pasar si no tenemos conciencia al respectoFoto cortesía del CaSa
Viernes 26 de junio de 2015, p. 3
La batalla que libra el pintor y activista juchiteco Francisco Toledo por el respeto a la cultura mexicana, al maíz nativo y, por tanto, en contra de las semillas transgénicas, es la base de la exposición Milpa gráfica, que será inaugurada este sábado en el Centro de las Artes de San Agustín (CaSa), en Etla, Oaxaca.
Milpa gráfica y Totoperas son los núcleos que articulan la muestra, la cual se suma a la lucha emprendida por Toledo desde hace tiempo en defensa de ese alimento básico en la dieta del mexicano.
Cuando a Demián Flores (Juchitán, 1971) se le invitó a hacer una propuesta para la Galería Chalet del CaSa, institución creada por Toledo, se le hizo necesario un acercamiento a esta lucha y qué mejor que hacerlo con un proyecto a partir de una colectividad
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Aunque una parte de la exposición es de la autoría de Flores, más bien se propuso crear un espacio de reflexión y participación con la finalidad de propiciar iniciativas colectivas.
En ese tenor, Demián Flores expresa a La Jornada: Esta colectividad habla de que es necesario tener una presencia respecto de nuestros valores naturales. El maíz no sólo es un elemento básico, sino que en Oaxaca existe toda una relación con nuestra propia cultura
. Más allá de la importancia de defender nuestro propio alimento, se trata de que nos demos cuenta de lo que pueda pasar si no tenemos conciencia al respecto
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Hace unos meses, Flores impartió un taller de grabado en el Faro Tláhuac, en la ciudad de México, que esta semana repitió en el CaSa, cuyo taller de grabado tiene como medio la xilografía. En ambos ejercicios los talleristas –casualmente fueron 30 en cada uno– trabajaron a partir de un patrón común: la figura recortada de una mazorca.
Por una posición crítica
En el caso del taller del CaSa, Alejandro de Ávila, director del Jardín Etnobotánico de Oaxaca, dio una plática con el tema del maíz a los inscritos, a partir de cuya información debían expresar una postura crítica y trabajar sobre las placas recortadas en forma de mazorca.
Las placas, además de servir de matriz para imprimir los grabados expuestos en la galería, Flores realizó con ellas una instalación. Se trata de una serpiente que flota en el espacio.
Los participantes en el taller del Faro Tláhuac estarán presentes en la apertura de su exposición gracias a una invitación de Francisco Toledo y el CaSa.
El núcleo Totoperas parte de una pequeña pintura costumbrista de Juchitán, hecha en los años 50 del siglo pasado, que ostenta la firma Peña
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Demián Flores relata que en ese tiempo todos los estudiantes de arte viajaban al Istmo como parte de una construcción de identidad
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En su carácter de presidente municipal, al abuelo de Flores le tocó recibir un grupo de jóvenes que, por el apoyo brindado, le regalaron la mencionada pintura, en la que se ve una parte del palacio municipal –en los 60 sufrió un incendio– y a un grupo de mujeres vendiendo totopos. Éstas visten enaguas de olanes, indumentaria que hoy sólo se usa en las fiestas.
Flores creó unas paráfrasis a partir del cuadro. Por una parte, hay una serie digital en la que se deconstruye icónicamente la pintura hasta llegar casi a una anulación de la imaginaria que representa Peña. Por otra, hay un conjunto de pinturas en el que se trabaja a partir de la imagen del original para crear una especie de variaciones visuales, explica.
Según el artista es muy posible que la pintura sea de Feliciano Peña (1915-1982), pues en esos años viajaba mucho a Juchitán.