Nueva York.

Los estadunidenses vivieron este año el Día del Orgullo Gay con un entusiasmo adicional, ya que salieron en forma masiva a las festividades del domingo en Nueva York y otras ciudades para celebrar el histórico fallo de la Corte Suprema, que legaliza el matrimonio del mismo sexo a lo largo de todo el país.

Dos días después de que la Corte Suprema determinó en una votación de cinco a cuatro que la Constitución de Estados Unidos otorga a las parejas del mismo sexo el derecho a casarse, el gobernador Andrew Cuomo dio el puntapié inicial a la celebración en Nueva York, al oficiar el matrimonio de dos hombres en las puertas de Stonewall Inn, un bar gay de Greenwich Village, considerado la cuna del movimiento de los derechos de los homosexuales de Estados Unidos.

Quiero que ustedes sepan que estoy un poco nervioso hoy, es mi primer matrimonio, bromeó antes de casar a una pareja frente a un grupo de varias decenas de personas.

Este mes, la Comisión de Preservación de Sitios Referenciales de la ciudad de Nueva York concedió estatus oficial de lugar de interés público al Stonewall, donde unos disturbios en junio de 1969 impulsaron al entonces incipiente movimiento por los derechos de los gays.

Después de la ceremonia del domingo, uno de los hombres llamó héroe LGBT a Cuomo y dijo que la experiencia fue un sueño hecho realidad.

Se esperaba la presencia de decenas de miles de personas en desfiles del orgullo gay en Chicago, San Francisco y Minneápolis, para culminar un fin de semana de festividades en esas ciudades.

La Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos dictaminó el viernes que las garantías de la Constitución al debido proceso y a la protección igualitaria bajo la ley implican que los estados no pueden prohibir los matrimonios de parejas del mismo sexo.

Con este dictamen, los matrimonios homosexuales serán legales en los 50 estados del país.

Cuomo señaló que la postura progresista vanguardista de Nueva York sobre los derechos de los gays hizo que el matrimonio igualitario fuera una realidad.

Nueva York fue el laboratorio. Y ¿saben qué? El cielo no se derrumbó, resaltó.

Poco después, miles de personas celebraron en la Quinta Avenida en un mar de banderas arcoiris, mientras decenas de coloridos carros pasaban en el Desfile del Orgullo Gay de la Ciudad de Nueva York, en una procesión jubilosa.

Es fantástico, hay más gente, está más animado este año, afirmó Aaron Seide, un empleado de comercio minorista de 24 años de edad del Condado de Westchester, con los colores del arcoiris en las mejillas.

En una esquina, hombres y mujeres portaban carteles con mensajes en oposición a los derechos de los gays.

¿Ustedes están en el camino del cielo o del infierno?, se podía leer en uno. Conozcan al Dios de su Biblia, decía otro.