s el momento de redoblar los esfuerzos para impulsar los principios de política exterior de Morena que, como es natural, se concentró en los procesos electorales recientes y en situar
al partido en el ámbito nacional, con los éxitos que se lograron, considerando que se trataba de su primera aparición en la lucha partidista nacional.
Sobre esto último hay evidencias suficientes y no volveré a ello. En cambio, en el orden internacional me parece que vale la pena resaltar dos cuestiones: 1) arrancar de un concepto que ha repetido en diversas ocasiones Andrés Manuel López Obrador, y que es la correspondencia necesaria entre la política interna del partido y su expresión internacional, lo cual es exigido por una coherencia mínima y un principio de rectitud elemental; 2) tener presente que los principios básicos e históricos de la política exterior mexicana forman parte hoy de las normas estipuladas en la Constitución en su artículo 89, fracción X.
Los anoto ahora como breve recordatorio: 1) la autodeterminación de los pueblos; 2) la no intervención; 3) la solución pacífica de las controversias internacionales; 4) la proscripción de la amenaza del uso de la fuerza en las relaciones internacionales; 5) la igualdad jurídica de los estados; 6) la cooperación internacional para el desarrollo; 7) la lucha por la paz y la seguridad internacionales.
Me parece que en el cumplimiento de estos principios, y en los que surgen específicamente de Morena, México encontrará el estímulo para rehacer su fuerza y prestigio internacionales, disminuidos gravemente en los últimos tiempos, reconociendo que en su conducta internacional abandonó buen número de tales principios o los llevó a cabo entre ambigüedades, dobleces y medias tintas que empañaron y nos hicieron perder un prestigio ganado en la arena internacional. Los hombres del dinero y de las corporaciones que nos han gobernado han puesto su lucro personal por encima del prestigio de la nación.
Sí, los principios internacionales fundamentales que ahora forman parte de la Constitución y que son obligatorios, pero además los principios internacionales que se desprenden de los principios políticos y morales que asume Morena en su proceder político nacional. En su batalla para dejar atrás la antidemocracia, la corrupción, la ilegalidad, y los señalamientos negativos que han aparecido recientemente sobre violaciones de los derechos humanos, Morena se propone valerse de una política exterior acorde con esos principios y contribuir así a superar la crisis económica, política y social que vivimos y que se expresa en una grave pérdida de valores, en descomposición social y en una violencia que afecta el bienestar de los mexicanos y dificultan el desarrollo del país.
Morena ha sostenido que sólo el pueblo organizado puede decir basta a los ambiciosos del dinero y del poder, que mantienen secuestradas las instituciones públicas sin importar a los ricos del país el desprestigio internacional de México, el sufrimiento de la gente y el destino de la nación.
Morena ha llamado en su programa a cambiar este régimen en el terreno político, por la vía pacífica y electoral, para establecer en México una verdadera democracia, un gobierno del pueblo y para el pueblo. Con ese fin ha llamado a realizar una verdadera revolución de las conciencias y a producir un pensamiento crítico y solidario sustentados en la cultura de nuestro pueblo, en su vocación de trabajo y en su generosidad. Su fin es promover una moral basada en la solidaridad, el apoyo mutuo, el respeto a la diversidad religiosa, étnica, cultural, sexual, e impulsar el respeto a los derechos humanos, el sentido de comunidad, el amor al prójimo y el cuidado del ambiente. Morena no acepta el predominio del dinero, la mentira y la corrupción, sobre la dignidad, la moral y el bien común. Morena lucha por una ética política que pretende la paz sustentada en el bien común y en el respeto, como la esencia del cambio democrático.
Morena ha llamado a cambiar este régimen para establecer en México una verdadera democracia, un gobierno del pueblo y para el pueblo. Con ese fin ha llamado a emprender una verdadera revolución de las conciencias y a producir un pensamiento crítico y solidario sustentados en la cultura de nuestro pueblo, en su vocación de trabajo y en su generosidad. Una moral basada en la solidaridad, el apoyo mutuo, el respeto a la diversidad religiosa, étnica, cultural, sexual, que promueva el respeto a los derechos humanos, reconozca el sentido de comunidad, el amor al prójimo y el cuidado del ambiente. No aceptamos el predominio del dinero: Morena lucha por la paz a través de una ética política sustentada en el bien común y el respeto.
Morena llama además a librar una lucha sin cuartel por el respeto irrestricto al artículo 27 constitucional, por una nación libre y soberana en que la relación con Estados Unidos no esté sustentada en la subordinación, el intervencionismo y la militarización, sino en el respeto a la soberanía de las dos naciones y en la cooperación para el desarrollo, en los temas del crecimiento económico y la generación de empleos para enfrentar las causas que originan el fenómeno migratorio, así como la protección de los derechos humanos y laborales de nuestros compatriotas que viven del otro lado de la frontera.
Se lucha, además, por detener la privatización de Pemex, de la industria eléctrica y del patrimonio cultural. Luchamos contra la entrega del territorio a empresas mineras que devastan el territorio, generan pobreza, no pagan impuestos y dañan el ambiente.
En México es preciso sumar a nuestros principios internacionales de política exterior la sustancia de los principios programáticos de Morena, todos acordes con los intereses más profundos de la nación.
Todavía agregando que resultan esenciales los esfuerzos para defender la nación pluricultural que somos y el más profundo respeto a los pueblos indígenas, a sus derechos y vocación. Es decir, la promoción de nuestros pueblos originarios sería también una prioridad junto al rico y diverso mosaico cultural del país que será también un poderoso instrumento a futuro de nuestra política exterior. Además, como ya ha sido expresado en el libro Nuevo proyecto de nación: La política multilateral será el ámbito privilegiado de la acción internacional de Morena para recuperar la historia de liderazgo en la defensa de la paz mundial, de la no intervención, la autodeterminación y el diálogo del Norte y el Sur. La globalización a que aspiramos es la de la solidaridad y la cooperación; opuesta a la globalidad de la discriminación y la segregación; afirmativa de los principios de pluralidad, tolerancia y reconocimiento del otro y de los otros, así como de la integridad cultural de las comunidades en cualquier parte del mundo
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