Viernes 24 de julio de 2015, p. 2
Miami.
Dar quimioterapia a personas con cáncer terminal y que se acercan al final de su vida parece causar más mal que bien, de acuerdo con un estudio estadunidense publicado ayer.
El hallazgo, publicado en el Journal de la Asociación Médica Estadunidense de Oncología, se sustenta en un grupo de más de 300 pacientes con cáncer metastásico, es decir, a los que el o los tumores se les han diseminado a otros órganos desde su lugar inicial de aparición, convirtiendo el cáncer en incurable.
Cerca de la mitad de los pacientes recibieron quimioterapia, que consiste en suministrar potentes químicos al cuerpo para destruir las células cancerígenas y reducir los tumores.
Proceso de la investigación
Los efectos secundarios de esta terapia suelen incluir debilidad, náuseas, fatiga, confusión y caída del pelo. La mayoría de los pacientes eran hombres y promediaban los 59 años. Les habían dado en promedio unos cuatro meses de vida. El propósito del estudio era examinar cómo la quimioterapia afecta la calidad de vida cuando los pacientes se encuentran cerca del final de su vida, particularmente respecto de su capacidad de caminar, hacer actividades y cubrir necesidades básicas.
Basados en las evaluaciones de las personas a cargo de cuidar a los pacientes, que reflejaron el sufrimiento físico y síquico en su última semana de vida, los investigadores encontraron que la quimioterapia no mejoró la calidad de vida de los pacientes que ya tenían una movilidad limitada. Y para los que aún eran capaces de realizar funciones básicas, la quimioterapia empeoró su calidad de vida. La quimioterapia no sólo no benefició a los pacientes con sus capacidades disminuidas, sino que incluso parecía más dañino en pacientes con buen estado funcional
, dijo el estudio dirigido por Holly Prigerson, del Weill Cornell Medical College y el Hospital Presbiteriano de Nueva York. El estudio sugiere que tal vez sea necesario revisar las directrices acerca del uso de quimioterapia en pacientes con cáncer terminal
.