Enanitos Verdes tocarán en el Auditorio el 19 de agosto; darán la sensación de la primera vez
La música logra lo que la política y la economía no: unir a los pueblos
Adonde vamos hay argentinos, puertorriqueños, colombianos, afirma Felipe Staiti
Actuarán en forma de trío, más minimalistas; esto permite el silencio; creo que menos es más
, agrega el guitarrista
Prometen interpretar los éxitos acumulados en más de 30 años de trayectoria
Lunes 10 de agosto de 2015, p. a13
La vida puede cambiar en un segundo, en cualquier momento, y el tic-tac es inexorable, es una experiencia interna que varía para cada quien, lenta o veloz, ligera o pesada, expresó Felipe Staiti, guitarrista del grupo Los Enanitos Verdes, en entrevista, en la que habló sobre el concierto que darán el miércoles 19 de agosto, en el Auditorio Nacional, a las 20:30 horas.
La charla fue vía telefónica desde Denver, ciudad estadunidense parte de la extensa gira del grupo Tic-tac, título de su más reciente disco de estudio. La tocada será la vuelta al foro de Reforma tras tres años de ausencia y complacerán, agregó Felipe, con los éxitos acumulados en más de 30 años de trayectoria. Ahora la banda tocará en formato de trío: Marciano Cantero (voz y bajo), Felipe Staiti (guitarra) y Jota Morelli (batería), como en la época de Big Band o como lo hicieron en el disco Lamento boliviano.
Las rolas que escucharán sus seguidores serán Guitarras blancas, Por el resto, La muralla verde, No me verás, Tus viejas cartas, Mejor no hablemos de amor, El extraño de pelo largo, Te vi en un tren, Lamento boliviano, Adicción, Mil caminos, Tic tac, Amores lejanos, Mariposas y Tu cárcel, entre otros.
Felipe Staiti afirmó: “Tocar en el Auditorio es siempre motivo de mucha felicidad; para nosotros, de alegría, porque sabemos de la importancia del sitio. Es como la primera vez... Es como cuando le diste a alguien el primer beso. Cada concierto encierra en sí mismo una particularidad, porque todas las canciones son tocadas en vivo, las personas son distintas e interactúan. Sí, eso hace un aroma de primera vez.
Ahora tenemos un sonido más minimalista, con el formato de trío. Esto cambia el enfoque de todo, como los arreglos. Todo esto produce en nosotros una sensación de renovación.
El trío, el minimalismo, la renovación. El minimalismo permite el silencio, que también es música. Hay más espacio, más respiraciones, otras cosas. Las matemáticas no son tan lógicas en la música. Yo creo que menos es más.
La lista de canciones, precisó, parte de lo que la gente quiere escuchar, así como de las canciones que a ellos les divierten. “Deben tener una vigencia por lo menos para nosotros. Esa es la balanza. El disco Tic-tac refiere que en cualquier momento las cosas pueden cambiar, en un tic-tac. Vas en la calle y de repente cambió el mundo, el entorno. Esto es vital y siempre está latiendo cerca de nosotros.
El ejemplo más claro es cómo pasa el tiempo para un niño en la escuela. Se hace eterno y un año era, es, muchos siglos. Hoy a nosotros se nos pasa volando. Hace unos días decía que se nos iba julio, y ya estamos en agosto. Es relativo cómo vivimos el tiempo. Es una percepción.
En Estados Unidos la gira les ha funcionado muy bien. “La mayoría de los conciertos ha sido ‘todo vendido’. Cada vez nos va mejor y la música logra lo que por ahí la política y la economía no pueden: unir a los pueblos. Adonde vamos hay argentinos, colombianos, puertorriqueños, etcétera, y todos están ahí por la música, más allá de algo partidista. Vibran en la misma frecuencia. La música, con su silencio aparente, termina juntando a las culturas. Esto es hermoso. Es como el sueño de Simón Bolívar.”