Brasilia.

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, pidió este lunes que la población repudie el vale todo en política, y aseguró que la crisis que atraviesa el país es temporal y va a pasar rápido.

Durante un acto de entrega de viviendas populares en la norteña Sao Luiz, enl estado de de Maranhao , pidió ayuda a los ciudadanos para garantizar la estabilidad política “ara superar esa travesía.

Estamos pasando por momentos de dificultad, pero Brasil es mucho más fuerte que ese momento. Estamos en una travesía, no estamos parados, afirmó.

En alusión a sus opositores, que quieren promover un juicio político para abreviar su mandato, Rousseff dijo que es necesario un mayor espíritu público de los dirigentes. Brasil necesita, más que nunca, que las personas piensen primero en Brasil, piensen en lo que sirve a la nación, y sólo después piensen en sus partidos y proyectos personales, subrayó.

Resaltó que períodos difíciles provocan incertidumbre y preocupación, pero que es necesario reaccionar para superarlas. No permanezcan inseguros o preocupados. Cuando hay una dificultad, no sirve ponerse a pelear unos con los otros. Es necesario que medidas urgentes sean tomadas, afirmó.

Haciendo referencia a los proyectos que sus opositores proponen en el Congreso que aumentan los gastos del gobierno e impiden el ajuste fiscal en curso, Rousseff afirmó que no aceptará medidas que lleven al caos a las finanzas del gobierno federal, los estados y municipios.

Rousseff concluyó su discurso convocando a la población para que repudie sistemáticamente el vale todo para afectar a cualquier gobierno.

En el vale todo, quien acaba siendo afectado por la hinchada del cuanto peor mejor, es la población, resaltó.

En medio de una fuerte retracción económica, Rousseff enfrenta la peor crisis política desde que asumió el poder en enero de 2011.

Grupos opositores organizan una movilización nacional, para el próximo domingo, en la que exigirán juicio político a Rousseff -quien obtuvo un segundo mandato de cuatro años en octubre- y la convocatoria a nuevas elecciones.

Según una encuesta divulgada la semana pasada, el gobierno del Partido de los Trabajadores cuenta con 71 por ciento de apoyo popular, el menor índice desde que volvió la democracia al país en 1985.

Por lo pronto, el presidente del Senado, Renan Calheiros, dijo que un juicio político contra Rousseff no era una prioridad, y advirtió que los intentos por promover la destitución de la mandataria en el Congreso podrían poner al país bajo fuego.