Bellas Artes inaugura exposición por los 50 años de la novela de Salvador Elizondo
La muestra propone un recorrido por la génesis de esa obra y reúne 110 piezas, entre éstas el manuscrito original, que se exhibe por primera vez
En la FIL de Guadalajara será presentado un libro especial con textos de Margo Glantz, Gabriel Zaid y Marina Elizondo, adelanta Paulina Lavista
Viernes 14 de agosto de 2015, p. 3
El escritor Salvador Elizondo (1932-2006) explicaba así su novela Farabeuf o la crónica de un instante:
“Farabeuf es un intento por aplicar en un contexto absolutamente dialéctico, de dualidad dialéctica este u oeste, Occidente y Oriente, medicina-tortura, cirugía-tortura, todas las antítesis formuladas en ese contexto, para difundir los fragmentos que pertenecen a un contexto con los fragmentos que pertenecen al otro, por medio del procedimiento del montaje. ¡Nada más!”
Es su voz, grabada hace muchos años, la que hace esa explicación en una de las campanas de sonido instaladas a lo largo de la exposición Farabeuf: 50 años de un instante, que anoche se inauguró en la sala Justino Fernández del Palacio de Bellas Artes.
La muestra, que propone un recorrido por la génesis de la novela, reúne 110 piezas, entre ellas el manuscrito original –que se exhibe por primera ocasión– y dos mecanoescritos de la novela galardonada con el Premio Xavier Villaurrutia el mismo año de su publicación: 1965.
Siempre escribía a mano
La exposición conmemorativa por los 50 años de la publicación de Farabeuf o la crónica de un instante se divide en cinco núcleos: Principio del montaje y la escritura china, Fotografía, Disección y cuerpo, Imagen poética y finalmente Farabeuf, donde se encuentran además primeras ediciones y primeras traducciones de la novela.
Salvador siempre escribía a mano, y después lo que hacía era pasar en limpio o casi: la verdad hay muy poca distancia entre lo que está escrito a mano y lo que está escrito a máquina
, dijo la viuda de Elizondo, la fotógrafa Paulina Lavista, quien adelantó que el 30 de noviembre se presentará en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara un libro especial, con tres apartados, en el que se incluirán comentarios a la novela de escritores como Margo Glantz, Gabriel Zaid, la hija del autor de Farabeuf, Marina Elizondo, y de la primera esposa del ensayista, Michele Alban.
El libro todavía no tiene título definitivo, aunque probablemente sea igual que el de la muestra en el Palacio de Bellas Artes; incluirá todo el material que se exhibe en la sala Justino Fernández, por lo que funcionará también como catálogo de la exposición, precisó Paulina Lavista.
Para Elizondo, añadió la fotógrafa, escribir Farabeuf “fue un reto. Estaba casado con Michele Alban, mujer extraordinaria, quien lo apoyó. Parece, y esto lo voy a decir por primera vez, parece que hizo un guión o un intento de guión, pero afortunadamente Michele lo aconsejó y le dijo: ‘no, esto es literario’” y explicó que lo que ella vivió como esposa de Elizondo no fue la génesis de Farabeuf, sino las traducciones.
La exposición Farabeuf: 50 años de un instante, en el Palacio de Bellas Artes, también muestra por primera vez la serie casi completa de las fotografías del supliciado chino. Una, incluida en el libro Las lágrimas de Eros, de Georges Bataille, fue la que detonó la imaginación de Salvador Elizondo y lo llevó a escribir la novela, que fue también su ópera prima.
La intención es mostrar al público no solamente la profundidad a nivel de trabajo preparatorio, sino lo complejo que es el proyecto literario de Salvador Elizondo y evidentemente más complejo y rico porque tiene tantos horizontes. Esta novela no sólo tiene que ver con erotismo, sino con las formas de creación narrativa que en ese momento se necesitaba para transformar a la novela y literatura mexicana, es una novela que tiene tantas aristas y lo que nos interesa es que el público las vaya encontrando en la exposición
, dijo el curador Adolfo Mantilla.
Narrativa fragmentaria
Farabeuf o la crónica de un instante es una novela sumamente compleja, que acude a muchas fuentes tanto de Oriente como de Occidente para hacer una narrativa fragmentaria. Es una novela que rompe con la narrativa rural a la que estaba acostumbrada la literatura mexicana en los años 40, 50 y 60 del siglo pasado
, explicó el escritor Mauricio Montiel, titular de la Coordinación de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes..
“Sin embargo, veo que ha habido mayor interés de distintos lectores por acercarse a ese libro y lo atribuyo a dos cosas: la utilización del montaje cinematográfico aplicado a la literatura y por cierto morbo por la idea y la imagen central, terrible, que detonó la novela y que es el supliciado chino, y otro elemento es por saber cómo Salvador Elizondo pudo transitar en esta frontera muy delgada que existe entre el placer y el dolor, ya que es una novela con una carga erótica muy fuerte.
“No creo que haya realmente un experimento tan arriesgado como Farabeuf en la literatura mexicana contemporánea.”
Mesa redonda, el domingo
Como parte de las conmemoraciones por medio siglo de la novela de Salvador Elizondo, este domingo a las 12 horas habrá una mesa redonda en la sala Manuel M. Ponce, con la participación de la fotógrafa Pau-lina Lavista, y los escritores José de la Colna y Javier García Galiano.
La exposición Farabeuf: 50 años de un instante, montada en la sala Justino Fernández del Palacio de Bellas Artes (avenida Juárez, esquina Eje Central Lázaro Cárdenas, Centro), concluirá el 4 de octubre.