Lunes 24 de agosto de 2015, p. 26
Teherán.
El secretario británico de Exteriores, Philip Hammond, reabrió este domingo la embajada británica en esta capital, casi cuatro años después de su cierre luego de un ataque ultraconservador, informó la televisora estatal iraní.
Hammond llegó este domingo a Teherán para la ceremonia de reapertura y para reunirse con autoridades iraníes. Es la primera visita de un canciller británico a Irán desde 2003.
Gran Bretaña no había tenido presencia diplomática en Teherán desde que políticos ultraconservadores que protestaban por la imposición de sanciones internacionales la atacaron en noviembre de 2011, pero la elección del presidente Hassan Ruhani y el reciente tratado nuclear entre Irán y las potencias mundiales trajeron un importante deshielo diplomático.
La embajada iraní en Londres se reabrió de forma simultánea, dijo la agencia semioficial Isna.
"Cuatro años tras el ataque a la embajada británica, hoy la reabro", dijo Hammond en una declaración. "Nuestra relación ha mejorado desde 2011. La elección del presidente Rouhani y el tratado nuclear del mes pasado fueron pasos importantes. Creo que tenemos el potencial para avanzar mucho más".
El terrorismo, la estabilidad regional y la expansión del grupo Estado Islámico en Siria e Irak están entre los retos a los que se deben enfrentar juntos Gran Bretaña e Irán, dijo Hammond.
El ministro de Exteriores de Irán, Mohammad Javad Zarif, aplaudió la reapertura de la embajada británica y dijo que demostraba la importancia regional y mundial de Irán.
"El mundo ha caído en la cuenta del papel constructivo de Irán en la región y el mundo", dijo Zarif según la televisora estatal. "Claro, tenemos diferencias con algunos países europeos, pero eso puede negociarse a través de la interacción, los ojos abiertos y una dirección realista".
La embajada británica inicialmente tendría un pequeño equipo con servicios consulares limitados, pero los funcionarios esperan ampliarla plenamente a un estatus de embajada durante los próximos meses.
Los grupos ultraconservadores de Irán se opusieron a las relaciones mejoradas con Londres. Muchos de ellos llamaron a la embajada británica el "epicentro de la sublevación" cuando la atacaron en 2011. Acusaron al país y sus medios de comunicación, incluida la BBC, de fomentar la agitación y motivar revueltas en Irán después de las disputadas elecciones presidenciales de 2009.