Directivos de la secundaria 51 Carlos Benítez Delorme, ubicada en la delegación Benito Juárez, decidieron suspender las clases dos días para los 150 alumnos de tercer grado, con el fin de salvaguardar su integridad, mientras concluye la instalación de las aulas provisionales, en una de las cuales, el martes pasado, colapsó el techo y dejó saldo de dos estudiantes con contusiones leves y dos trabajadores heridos.

Integrantes del consejo escolar y de la asociación de padres de familia criticaron la falta de sensibilidad de las autoridades de la delegación Benito Juárez, a las que sólo les correspondía poner la mano de obra, pero ni eso cumplieron. No hay interés; no hay ganas de apoyar a los niños. En las mesas de negociación con el gobierno capitalino dijeron que armaban las aulas, pero que no tenían tornillos, que nos teníamos que cooperar, refirieron.

Recordaron que desde que la escuela fue demolida por presentar fallas estructurales han demandado a los tres niveles de gobierno su reconstrucción, pero a cuatro años de su lucha sólo han logrado que las autoridades inicien la sustitución de las aulas provisionales, que se encuentran en peor estado que las anteriores, y la promesa de que ahora sí comenzarán los trabajos del nuevo plantel.

La delegación Benito Juárez, abundaron, no sólo incumplió con el acuerdo alcanzado el pasado 18 de agosto con las autoridades del gobierno capitalino y la Secretaría de Educación Pública de sustituir las aulas provisionales antes del nuevo ciclo escolar, sino además tampoco tomó las precauciones pertinentes para garantizar la seguridad de la comunidad escolar.

El techo se vino abajo con los dos trabajadores cuando estaban en plena clases de inglés y de historia, expresaron.

Hasta ayer los directivos de la escuela avisaron que se suspendían el miércoles y el jueves las clases en tercer año, pero el resto de los estudiantes continuaban con sus actividades en medio de los trabajos de la instalación de las aulas.

Ante ello, el consejo escolar y la asociación de padres de familia enviaron un escrito al jefe delegacional, Ricardo Amezcua, en el que le exigen una explicación por el retraso en los trabajos y garantías para la seguridad de sus hijos.