Ejercerla sin culpa brinda la posibilidad de ser y hacer felices a quienes nos rodean
La sociedad mexicana es reprimida, lo que genera inicio temprano y sin protección, advierte
Viernes 4 de septiembre de 2015, p. 35
El ejercicio de la sexualidad libre de conflictos permite una integración armoniosa y brinda a los individuos la posibilidad de ser felices y contribuir al bienestar de quienes los rodean, consideró Julián Alcalá Ramírez, especialista de la Facultad de Medicina (FM) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Dijo lo anterior en el contexto del Día Mundial de la Salud Sexual, que se conmemora el 4 de septiembre por iniciativa de la Asociación Mundial para la Salud Sexual, con el objetivo de incentivar una discusión abierta y respetuosa
en la materia y promover el derecho a ejercerla de manera sana y responsable.
La de México es una sociedad reprimida en el ámbito sexual, lo que genera que el comienzo de estas actividades entre los jóvenes se dé con gran desconocimiento y muchas veces coaccionados por presiones no legítimas
, particularmente las mujeres, y sin protección, señaló Alcalá Ramírez.
Enfermedades de transmisión sexual
El inicio de la vida sexual de los mexicanos ocurre en promedio durante la adolescencia. Los hombres lo hacen a los 16 años, incluso un poco antes en ambientes rurales y urbanos marginales, en tanto entre las mujeres es cerca de los 18 años entre quienes viven en zonas citadinas, y a los 17 en regiones rurales.
En el país, las infecciones de transmisión sexual (ITS) figuran entre las 10 principales causas por las que los jóvenes acuden al médico, y de cada 10 embarazos, cinco ocurren en menores de 20 años.
Algunas de las ITS más comunes y tratables son sífilis, gonorrea y, en el caso de las jóvenes, clamidia. Sin embargo, dijo, preocupa la persistencia de muchas que son mortales, como hepatitis B, VIH sida y papiloma humano, asociado al cáncer cérvicouterino.
En información difundida por la UNAM, el especialista asevera que el derecho al bienestar sexual se relaciona con la integración de aspectos biológicos, sicológicos y sociales que conforman parte de la estructura de la personalidad. Esto no sólo tiene que ver con la posibilidad de disfrutar nuestra existencia, sino con el estado físico en general. Una actividad sana nos protege contra gran cantidad de padecimientos corporales, sobre todo crónico degenerativos, e incluso mentales
.
Información y educación
Advierte que es fundamental brindar a niños y jóvenes no sólo información, sino educación –plantear que los individuos son seres sexuados, lo que conlleva a su vez responsabilidades– para propiciarles un entorno que les permita ejercer su sexualidad a plenitud y con seguridad y, si así lo deciden, su reproducción.
En ese sentido, destaca la necesidad de que la educación en esta temática se ofrezca desde los cuatro o cinco años de edad, pues actualmente los menores pueden encontrar datos al respecto en Internet, que en muchas ocasiones no vienen de especialistas, no son adecuados ni certeros. Estos temas se tocan de manera formal hasta que los niños están en el quinto año de primaria.
Plantea que para que esta actividad sea plena se deben romper mitos, prejuicios y tabúes que conducen a que las personas vean el ejercicio de su sexualidad como motivo de vergüenza. Por el contrario, se debe fomentar que el éxito en la vida sexual es algo digno de orgullo, algo equiparable al de realizar con tino
actividades estudiantiles o laborales.