Entre noviembre y diciembre, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) hará la restructuración de las 70 tiendas y farmacias que se mantendrán en funcionamiento, pero deberán ser comercialmente rentables.

La tarea no es sencilla, pues se debe lograr que el gasto operativo se ubique en 6.7 por ciento respecto de los ingresos, y en la actualidad este indicador ronda 46 por ciento.

Parte de la estrategia consiste en reducir a su mínima expresión el número de trabajadores y los costos. Por lo pronto, en las gerencias regionales, donde trabajaban 325 personas, sólo quedará una tercera parte para llevar a cabo el cierre administrativo (contabilidad e inventarios) de 224 tiendas y farmacias, de acuerdo con los planes del consejo directivo de Superissste.

El pasado martes, este órgano resolvió el cierre de la mayoría de los establecimientos, ante las pérdidas por más de 2 mil 700 millones de pesos que acumulan.

De las 224 unidades que ya están en proceso de cierre, 83 son exclusivamente farmacias, y de acuerdo con los directivos quedaron rebasadas por el crecimiento de cadenas privadas y franquicias, además de la creciente oferta de medicamentos genéricos de bajo costo.

En la decisión también influyó que para el instituto dejó de ser prioritario tener farmacias con venta al público, pues consideran que se ha mejorado de manera sustancial el abasto de medicamentos en las clínicas y hospitales; según datos oficiales se ubica en 98 por ciento. A esto se agrega la existencia del programa de vales, que se hace efectivo en centros de canje específicos.

Ayer, empleados de confianza que dejaron de laborar en días pasados y aún no reciben notificación oficial (por escrito) de los cambios o, como ofreció la dirección del Issste, la posibilidad de su reubicación, acudieron a la Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo para presentar su inconformidad y, sobre todo, tratar de protegerse ante alguna eventualidad.

Algunos consideraron un riesgo que los acusen de abandono de trabajo, ya que sólo les avisaron en forma verbal, por la noche, que al siguiente día ya no se presentaran a laborar, y que en los próximos días el área jurídica les informaría sobre el procedimiento a seguir.

En relación con las 70 tiendas y farmacias de Superissste que continuarán operando, la dirección general acordó con el sindicato que sean las que se ubican en el Distrito Federal y el estado de México.

Antes de la decisión, en la capital del país estaban funcionando 22 establecimientos, entre éstos ocho son farmacias que entraron en el grupo de las que cerrarán en forma inmediata, uno no abrirá más por haber sufrido un siniestro y sólo 13 permanecerán abiertos.