El pasado 3 de septiembre el escritor uruguayo cumpliría 75 años
Lunes 7 de septiembre de 2015, p. 7
El admirado y querido escritor Eduardo Galeano (1940-2015), quien el pasado 3 de septiembre cumpliría 75 años, fue recordado la tarde de ayer por un grupo de narradores orales, que revivieron algunas de las historias escritas por el reconocido autor uruguayo en la sala Manuel M. Ponce, del Palacio de Bellas Artes.
Dicho reconocimiento fue con el propósito de celebrar la vida, no la ausencia y la muerte
, dijo la narradora Marcela Romero.
“Los que contamos cuentos lo amamos, porque nos sentimos sus colegas y nos hace sentir importantes. Porque entendía que la vida es susceptible de ser contada y era un buen relato. Porque siempre supo reconocer el valor de una vivencia como algo valioso de ser narrado. ‘Somos las historias que vivimos’, decía. Para luego también escribir: ‘Los científicos dicen que estamos hechos de átomos, pero un pajarito me dijo que estamos hechos de historias’”, citó Romero.
A muchos países y muchas lenguas
“Eduardo es una voz cálida que nos habla directamente al corazón, que nos arrulla y nos acuna; también es una voz que nos despierta, sacude y hace vibrar, entender y reflexionar. Nos recuerda que hay que mirar. Nuestro escritor ha llegado a muchos países en muchas lenguas (más de 20). Siempre ha estado ahí con esa perpetua polémica sobre la interpretación de la realidad del mundo y de América Latina, con esa manera aparentemente sencilla de ver las cosas, de fijarse en los pequeños detalles y convertirlos en grandes. Así como si no dijera nada soltaba: ‘A veces conozco gente y me pregunto, ese fue el espermatozoide más rápido’ o cuando Obama asumió la presidencia de los Estados Unidos: ‘La Casa Blanca fue contruida por negros, ojalá no se le olvide’ o en una tarde de lluvia decir: ‘En un mundo de plástico y ruido, quiero ser de barro y de silencio’.”
Recordamos también al periodista de un país aplastado por el poder militar, por la violencia que causan las diferencias, abundó Romero. “Junto al horror de los amigos desaparecidos, estaba el amor, los hijos, el paisaje, la calidez del encuentro, todo aquello que en medio de la tristeza nos da motivos para vivir. Él lo supo y lo captó, para que todos lo viéramos y nos viéramos, porque parece que el horror, sólo cambia de geografía. Él sabía que el lenguaje era el arma que nos podía salvar y decía: ‘El lenguaje que dice la verdad, es el lenguaje sentipensante. El que es capaz de pensar sintiendo y sentir pensando’
Nos reunimos alrededor de sus palabras para celebrarlo, convocarlo, para que nos acompañe y sepa que ha sido escuchado, leído y repetido, y para que sepa que los seguirá siendo
, concluyó Marcela Romero.
Con el título Galeano en el corazón, 10 voces, 10 presencias, en el homenaje participaron Lorena Álvarez, Ricardo Pineda Mágico, Rosa Elene Barrientos, Nohemí Pacheco, Rosalinda Sáenz, Marcela Romero, Florina Piña y Vivianne Thirion, todos integrantes de la Asociación Mexicana de Narradores Orales.
Entre los textos y minificciones seleccionadas y narradas se encontraban Crónica de la ciudad de La Habana, recreación de la atmósfera de esa ciudad caribeña. Celebración de la voz humana, que trata sobre las penurias que pasaron los presos durante la dictadura uruguaya y cómo es que la voz humana cuando necesita ser escuchada, sin importar el medio, lo logra.
El pequeño rey zaparrastroso, que relata la historia de un niño, en el que se entretejen la fantasía, la realidad y la música.
El origen del mundo se refiere a ese universo que han construido los trabajadores.
Houdini trata sobre un loro al que una señora pone en cautiverio, pero que siempre busca la forma de recobrar su libertad.
Cartas de amor, historia de un enamorado que se despide de su amada, quien recibe las misivas cada 15 y 30 días.
El mundo, texto en el que se narra una maravillosa relación entre el ser humano y el propio universo.
El país de los sueños habla sobre una mujer que se cepilla el cabello y donde los personajes y los sueños brincan del peine y se los lleva el viento.
Esclavitud según Aristóteles se refiere a los distintos tipos de esclavos que existen en la sociedad; entre ellos, a aquellos que habiendo nacido para esclavos no se someten, y aquellos que habiendo nacido libres
son esclavos.
Derechos laborales, que evoca al Quijote de la Mancha y el derecho de Sancha Panza a un trabajo justo y remunerado.