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Reporte Económico

La inequidad distributiva en México (3/3)

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a inequidad económica y social en México es abrumadora. El ratio de desigualdad, que mide el número de veces que el ingreso de los hogares del decil X más rico es superior al de los hogares del decil I más pobre en diferentes países, es más que ilustrativo. Según la OCDE, aquí en 1985 el ingreso disponible del decil X era 21.8 veces el del I, y en 2012 ya era 30.5 veces mayor; en este último año tal ratio era de 18.8 veces en Estados Unidos (donde la desigualdad se ha disparado), 10.7 en Japón, 8.5 en Canadá, 6.9 en Alemania y 6.3 en Suecia. En la muestra 2012 de la Standardized World Inequality Database, México ocupa el lugar 107 de 132 en desigualdad de ingreso.

Con los datos trimestrales ya vistos de la ENIGH 2014, en ese año el ingreso total de los hogares del decil X fue 17.7 veces el ingreso de los del decil I.

Tal discrepancia entre los ratios de la OCDE y los de la ENIGH parece tener su origen según Oxfam en que la ENIGH "no capta correctamente el ingreso de las personas en la parte alta de la distribución". Para estimar el grado real de concentración del ingreso en el decil X, y a falta de información oficial disponible (fiscal entre otras), el estudio (ver fuente Gráfico 11) cruza la información de ingresos con las Cuentas Nacionales. Con ello y lo analizado, concluimos:

1) El porcentaje real del ingreso que concentra el decil X no es del 35.5% que indica la ENIGH, sino "alrededor del 60%" según Oxfam (el Global Wealth Report 2014 estima 64%), dado que la ENIGH subestima el ingreso financiero y de capital que es el espacio de acumulación privilegiado de las grandes fortunas.

2) Dentro del decil X, el centil más alto (el 1% de los hogares) concentra por sí solo el 21% del ingreso, comparable con no más del 10% en países de menor inequidad (Gráfico 10).

3) La concentración cupular del ingreso no disminuye sino aumenta, y por ello la riqueza acumulada (el valor de los activos financieros y no financieros menos el valor de las deudas) se retroalimenta y aumenta aceleradamente. Los 16 multimillonarios de México tenían en 1996 una riqueza de 25 mil 600 millones de dólares y en 2014 de 142 mil 900 millones; en 2003 la riqueza de los cuatro mexicanos más ricos era equivalente al 1.5% del PIB y en 2014 al 8.5%.

4) Esta concentración se observa en la asignación del ingreso nacional disponible (Grafico 11).

La utilidad bruta de las empresas pasó de representar el 52.9% de dicho ingreso en 1976 al 77.8 en 2013, mientras que la participación del trabajo asalariado cayó del 43.5% en 1976 al 31.4 en 2013 (Gráfico 12).

5) Esta "expropiación" del ingreso a favor del capital y a costa del trabajo asalariado se da no obstante las remuneraciones desmesuradas de los altos puestos públicos y privados, recayendo por lo tanto en la disminución real de los salarios generales, cuya expresión ínfima, el salario mínimo, tiene hoy (2014) un valor real del 27.9% de lo que fue en 1976.

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6) Pieza clave en este proceso de apropiación–concentración del ingreso y la riqueza es el sistema fiscal, claramente diseñado (incluyendo sus "reformas estructurales") para evadir y eludir los impuestos que corresponderían al capital y a los altos ingresos personales. En México casi no se gravan las ganancias de capital, ni las grandes herencias y donaciones; tampoco se neutraliza la elusión vía paraísos.

En cuanto al ISR (impuesto redistributivo que grava ingresos personales y utilidades empresariales), la tasa máxima (marginal) aplicada en promedio por los seis países avanzados seleccionados (Gráfico 13) en 1981 llegaba al 69.5% del ingreso personal y en México al 55%. En 2013 esa tasa marginal promedió 51.9% en los seis países y era de sólo 30% en México (subió al 32% con la "reforma").

Con ello, los países seleccionados ingresaron a su hacienda por ISR en 2013 recursos equivalentes al 14% de su PIB. México sólo captó el 6%

Considerando todos los ingresos fiscales, en 2013 la captación total en los países socialmente avanzados como porcentaje del PIB fue, por ejemplo, de 30.6% en Canadá, 36.7 en Alemania, 40.8 en Noruega, 42.8 en Suecia, 44.6 en Bélgica, 45.0 en Francia, o 48.6% en Dinamarca. En México fue de 19.7% del PIB y eso antes de la depreciación petrolera.

La pobreza

Estos y otros factores funestos de la no-economía que está hundiendo a México, explican el estancamiento productivo, el deterioro fiscal y la elevación de la pobreza que, según cifras oficiales, en 1992 afectaba a 46.1 millones de habitantes (el 53.1% de la población), y en 2012 a 61.4 millones (52.3%) (Gráfico 14), y ello sin considerar la emigración (pobreza en fuga).

El cambio de metodología (Coneval 2012) confirmó la tendencia: en 2008 había 49.5 millones de pobres (44.3% de la población) y en 2014 eran 55.3 millones (46.2%) (Gráfico 15).

México es un país privilegiado en muchos aspectos, y su población trabaja intensamente. No podemos aceptar la inequidad social prevaleciente, ni el saqueo de sus recursos (menos el despojo de los hidrocarburos y la entrega territorial a la codicia invasora de las petroleras transnacionales), no la enorme pobreza mayoritaria y la opulencia de sus élites, no el desempleo y la precariedad, no la emigración por necesidad, no la criminalidad rampante, la inseguridad, la corrupción impune, la injusticia, la ineficiencia y la parasitosis burocrática..., menos aun cualquier restricción a nuestras libertades. Es preciso recuperar nuestra Nación, un desarrollo incluyente y un futuro para todos.

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