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Trabajadores del parisino Museo de Orsay realizan huelga

Posponen apertura de muestra sobre la influencia de la prostitución en el arte
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Munch y Van Gogh también se encuentran en la muestra Esplendores y miserias: imágenes de la prostitución, 1850-1910, la cual no se abrió ayer al público debido a una huelgaFoto tomadas del sitio web del Museo de Orsay
 
Periódico La Jornada
Miércoles 23 de septiembre de 2015, p. 4

París.

La inauguración en el Museo de Orsay de la muestra Esplendores y miserias: imágenes de la prostitución, 1850-1910, que explora la influencia del mundo de la prostitución en el arte de la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX, se pospone debido a una huelga contra la orden de abrir siete días a la semana, así lo explicó el museo en redes sociales.

Trabajadores del recinto votaron en favor de la huelga y éste permaneció cerrado ante la falta de personal, reportaron medios locales. Directivos del museo no han informado cuándo podría reabrir, ya que continúan las negociaciones con los inconformes.

La medida gubernamental, confirmada este mes por el presidente François Hollande, tiene la finalidad de reducir la aglomeración en los museos del Louvre, De Orsay y el Palacio de Versalles, tres de los principales polos de turismo para Francia, a partir de extender los días de visita.

La nueva Babilonia

Édouard Manet, Pablo Picasso y Henri de Toulouse-Lautrec pintaron a las prostitutas que se apostaban en los alrededores del parisino Bosque de Boulogne, cerca de la Ópera Garnier o en el barrio de Pigalle.

La muestra incluye más de 250 obras y objetos, desde sillones del amor hasta películas pornográficas y fotografías.

A mediados del siglo XIX la capital francesa era considerada la nueva Babilonia. La prostitución era omnipresente en París: en el teatro, en la ópera, en la calle..., explica el director del museo, Guy Cogeval.

Ese ambiente desataba las fantasías. El propio Eduardo VII mandó construir en una fábrica de París un sillón del amor, cuando todavía era heredero al trono británico, y después lo hizo instalar en el burdel parisino Gran Chabanais.

París, ciudad del amor y del vicio... la exposición comienza con cuadros en los que Giovanni Boldini o Louis Valtat retratan a mujeres en cafés, restaurantes y en las calles de la capital francesa. Después, Toulouse-Lautrec y Félicien Rops llevan al visitante al ambiente de los terciopelos rojos de los burdeles de París.

También la ópera se convirtió en escenario de la prostitución, como ilustró Degas: señores pudientes con bastón y sombreros de copa que tras las actuaciones de los ballets esperaban a las jóvenes bailarinas.

El museo presenta el mundo de la prostitución en todas sus facetas, como prostitutas que buscan clientes en los cafés presentándose como especialistas en masajes rusos o suecos y cortesanas que miran con lascivia, como en la obra maestra de Manet, Olympia.