Acepta posibles omisiones en Tlatlaya; retomé el timón
Los políticos de todos los partidos deben prestigiar la política para recuperar la credibilidad perdida, no continuar defendiendo intereses personales o de grupo. Yo no soy un ejemplo, sé que tengo que corregir y mejorar las cosas, pero al menos procuro estar con la gente
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Viernes 25 de septiembre de 2015, p. 13
Los políticos de todos los partidos deben prestigiar la política para recuperar la credibilidad perdida, no continuar defendiendo intereses personales, particulares o de grupo, dice Eruviel Ávila Villegas, quien reconoce el hartazgo social en el ámbito de la política; del proceso electoral de 2018, simplemente matiza: no me distrae, cuando llegue, llegará
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El gobernador del estado de México asume que el caso Tla- tlaya y la violencia en distintas regiones de la entidad le generaron una entreverada curva de aprendizaje. Reconozco que pudo haber omisiones de mi parte. Afortunadamente, retomé el timón con seriedad, con energía, con carácter; tomé decisiones y aquí estamos para el real
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Entrevistado por este diario, asegura respetar a los candidatos independientes que, como Jaime Rodríguez, en Nuevo León, fueron una alternativa democrática en los comicios de junio pasado.
Ávila Villegas accedió a la gubernatura mexiquense tras haber administrado en dos oportunidades el municipio de Ecatepec. Dice conocer las demandas de la población y reprocha la distancia entre políticos y sociedad; yo no soy un ejemplo, sé que tengo que corregir y mejorar cosas, pero al menos sí procuro estar con la gente, escucharla, responderle, aprender de ella
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–¿Por qué decidió abrir su informe a las redes sociales?
–Es parte de toda una política de transparencia, de rendición de cuentas, de tener un gobierno abierto, de dar la cara a la población y de estar en el entendido de que los gobernantes acertamos y a veces podemos errar, y qué mejor que sea la gente y las redes sociales las que nos orienten. Es parte del mundo global, de la modernidad; decía el maestro (Carlos) Hank: el que no quiera que lo pisen, que no le entre al baile
. La gente es muy sabia; muchas de las políticas públicas que he aplicado son producto de que me gusta escuchar, por eso digo que me dejo orientar.
–La violencia contra las mujeres se relaciona con el estado de México.
–Nos hemos coordinado con las instancias municipales, con las fuerzas federales, y hemos emprendido acciones de prevención y combate a quienes cometen esos delitos. Prevención con orientación, con asesoría a la gente, a las mujeres especialmente. Una mujer que conoce sus derechos los va a hacer valer, a la que no los conoce se le pueden violar sin que pueda defenderse.
–Qué factores se presentan en un fenómeno tan degradante.
–Primero, la autoridad es responsable, pero invito a la población a que cerremos filas. Noventa por ciento de quienes cometen delitos contra la mujer están cerca del núcleo familiar: son parejas, ex parejas, concubinos, el tío, el hermano. Para combatir la violencia contra el sector femenino debemos cerrar filas. Se incrementaron 600 por ciento las llamadas a partir de nuestra campaña de protección a las mujeres, lo que llamó la atención, y las estamos apoyando en materia sicológica y jurídica.
–En su estado se ha lanzado una política de atención a los adultos mayores, ¿qué resultados le reditúa?
–Un principio básico y valor fundamental en la vida del ser humano es la gratitud. Debemos ser agradecidos con ellos. Tenemos programas alimentarios para más de 300 mil adultos mayores en el estado, hay 80 casas de día con actividades culturales y recreativas, y en algunos casos ya hasta andan echando novio, y qué bueno, porque así se hacen compañía.
–El estado de México tiene la mayor matrícula y el mayor número de docentes, ¿cómo conciliar esa proporcionalidad con una educación de calidad?
–Hemos rehabilitado 7 mil espacios de educación pública, hasta construir una universidad, una preparatoria, un laboratorio de cómputo y remodelar los sanitarios. Hemos invertido más de 6 mil millones de pesos, y señalo invertido porque en educación no se gasta, se invierte. Decía Nelson Mandela que el arma más poderosa para transformar el mundo es la educación, y aquí en el estado de México hacemos uso de esa arma, que es poderosa e infalible. Quisiera ser recordado por ser un buen gobernador, pero quisiera ser más recordado por haber puesto la semilla en temas educativos en nuestra entidad.
No hay licenciaturas o maestrías para gobernar
–El estado de México es pujante y es el más comunicado, no obstante tiene grandes carencias, zonas de pobreza extrema.
–Esta entidad es un mosaico del país. Hay zonas muy modernas; basta pasar por Interlomas, por Metepec, pero también hay zonas pobres, con carencia alimentaria y de vivienda, como es el norte del estado, como es San Felipe del Progreso, que es una de las zonas más pobres del estado y del país. La idea es democratizar la economía, que los beneficios alcancen y lleguen a todo mundo. Llevar dignidad a las personas. Que los beneficios del desarrollo y del crecimiento del país sean parejos para todos los rincones del país, no para ciertas regiones.
–La zona metropolitana ocupa uno de los principales lugares en el nivel de violencia urbana, ¿como lo ha enfrentado su administración?
–Es un estado-país; concentra prácticamente la población de 13 entidades federativas. Nos hemos coordinado con las fuerzas federales. El sistema nacional reconoció que fuimos la entidad que cumplió al ciento por ciento su meta. En suma, coordinación, estrategia e inteligencia con nuestros vecinos.
–Usted vivió momentos difíciles en materia de seguridad.
–No hay licenciaturas o maestrías para ser gobernador, uno se va haciendo sobre la marcha, hay una curva de aprendizaje. El estado de México se cuece aparte. He hecho ajustes en el equipo de los titulares que iniciaron conmigo, de los que queda un tercio ejerciendo sus cargos, menos de un tercio. La cercanía y colaboración con el gobierno federal ha sido importante, ha facilitado y nos han apoyado mucho.
Reconozco que pudo haber omisiones de mi parte; afortunadamente retomé el timón con seriedad, con energía, con carácter; tomé decisiones, aquí estamos, y de aquí para el real. Hay que reconocer que aparte de políticos somos seres humanos. Si se comete una omisión o hay algo en lo que no se acertó debemos aceptarlo; aquel político que no se equivoca, que hace todo bien, que me diga dónde anda.
–¿Los candidatos independientes trastocaron la esfera política?
–Respeto de antemano a quienes han sido candidatos independientes, a quienes ganaron, como Jaime Rodríguez. Lo que debemos hacer es ponernos a trabajar para devolver la confianza a la población, y cumplirle. En mi caso, la gente me puso en esta silla, me paga mis respectivas quincenas; lo peor que uno puede hacer es no corresponderle. Todos los políticos de todos los partidos debemos dejarnos de interese particulares, personales, de grupo, y disminuir ese hartazgo que llega a tener cierto sector de la población respecto de la política y de los políticos.
A mí me gustan los elefantes. Tienen una cola muy pequeña para que no se las pisen, debe tener una piel muy gruesa para recibir la crítica de la prensa, de las redes sociales y de la sociedad civil;, unas orejas grandes para poder escuchar; una trompa amplia y larga para poder olfatear e identificar las áreas de oportunidad; debe tener una gran memoria para no olvidarse de los compromisos y por quiénes está ahí, pero, sobre todo, debe tener unas patas muy fuertes y firmes para que no se eleve, y los políticos debemos empezar por ahí. No elevarnos, no subirnos en el tabique.
–Eruviel Ávila es un priísta mencionado con altas probabilidades de ser precandidato y después candidato a la Presidencia. ¿Cómo se ve usted en ese escenario?
–Agradezco que algunas encuestas o encuestadores, o algunos medios inclusive, me tomen en cuenta, pero como los elefantes (golpea en el escritorio), con los pies en la tierra, muy firmes. Tengo todavía desafíos, retos que atender en el estado y no me voy a distraer por esas cuestiones rumbo a 2018; primero lo primero. Y cuando llegue, llegará, pero mientras, mi presente es mi querido estado de México.